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sábado, agosto 17, 2024
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    2 Reyes 5 - Version Moderna (1929)

    Eliseo y Naamán

    1. Y NAAMÁN, jefe del ejército del rey de Siria, era un grande hombre para con su señor, y en alta estimación; pues que por su medio Jehová había salvado la Siria; y este hombre era guerrero esforzado; mas era leproso.

    2. Y los Siros habían salido en guerrillas, y habían traído cautiva de la tierra de Israel una jovencita, la cual asistía á la mujer de Naamán.

    3. Y dijo un día a su señora: ¡Ojalá que mi amo se presentara delante del profeta que hay en Samaria! pues él le sanaría de su lepra.

    4. Y entró alguno y se lo avisó a su señor, diciendo: Así y así ha dicho la muchacha que vino de la tierra de Israel.

    5. Y dijo el rey de Siria: ¡Ea, anda! que yo enviaré una carta al rey de Israel. Partió pues Naamán, llevando consigo diez talentos de plata, y  seis mil siclos de oro, y diez mudas de vestidos.

    6. Y llevó la carta al rey de Israel; la cual decía así: Ahora pues, cuando llegare a ti esta carta, sabrás que, he aquí, yo he enviado a ti a Naamán, siervo mío, para que tú le sanes de su lepra.

    7. Y sucedió que como el rey de Israel leyese la carta, rasgó sus vestidos, diciendo: ¿Soy yo acaso Dios, que hace morir y que da vida, para que éste envíe a mí, a fin de que yo sane a un hombre de su lepra? Empero ruegoos tan sólo que consideréis y veáis cómo éste anda buscando pretextos contra mí.

    8. ¶Mas aconteció que cuando Eliseo, el varón de Dios, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió al rey, diciendo: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Ruégote venga él a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.

    9. Naamán pues vino con sus caballos, y con su carro de guerra, y paróse a la puerta de la casa de Eliseo.

    10. Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Anda, lávate siete veces en el Jordán, y se volverá sana tu carne, y serás limpio.

    11. Mas Naamán estalló en ira, y se fué, diciendo: ¡He aquí que yo pensaba que seguramente él hubiera salido a recibirme, y que, puesto de pie, hubiera invocado el nombre de Jehová su Dios; y que pasando su mano sobre la parte llagada, sanaría la lepra!

    12. Por ventura Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podré lavarme en ellos y ser limpio? Por lo cual volvió su rostro y se fué, ardiendo en ira.

    13. ¶Entonces se llegaron a él sus siervos, y hablaron con él, diciendo: Padre mío, si el profeta te hubiera mandado hacer alguna gran cosa, ¿no deberías hacerla? ¿Cuánto más pues cuando te dice: Lávate, y quedarás limpio?

    14. Con lo cual él descendió, y bañóse en el Jordán siete veces, conforme al dicho del varón de Dios, y se volvió su carne como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.

    15. Entonces volviéndose con toda su comitiva al varón de Dios, entró, y se presentó delante de él, y dijo: He aquí, yo ya conozco que no hay Dios en toda la tierra sino sólo en Israel. Ahora pues acepta, te lo ruego, un regalo de parte de tu siervo.

    16. Mas él respondió: ¡Vive Jehová, delante de quien yo estoy en pie, que  no lo admitiré! Y el otro porfió con él para que lo aceptara; mas él rehusó.

    17. Luego dijo Naamán: Pues si no, ruégote que de la tierra de Israel se dé a tu siervo lo que puedan cargar un par de mulos; porque tu siervo de aquí en adelante no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otro dios sino sólo a Jehová.

    18. En esto, sin embargo, perdone Jehová a tu siervo: que cuando éntre mi señor a la casa de Rimón, para adorar allí, y él se apoye en mi mano, y yo tenga que inclinarme así en casa de Rimón, cuando yo me incline en casa de Rimón, perdone Jehová a tu siervo de esto.

    19. Y él le dijo: Véte en paz. Fuése pues de él algún trecho.

    20. ¶Entonces Giezi, criado de Eliseo varón de Dios, dijo para consigo. He aquí que mi amo ha perdonado á este siro Naamán, en no admitir de su mano lo que le había traído. ¡Vive Jehová! que correré yo tras él, y tomaré de él alguna cosa.

    21. Giezi pues fue en seguimiento de Naamán. Y cuando Naamán le vió corriendo en su alcance, bajóse de su carro para ir á recibirle, diciendo ¿Va todo bien?

    22. Y él respondió: Bien va. Mi amo me ha enviado a decir: He aquí que ahora mismo acaban de llegar de la serranía de Efraim dos jóvenes, de los hijos de los profetas; ruégote les des a ellos un talento de plata, y dos mudas de vestidos.

    23. Dijo empero Naamán: Consiente y toma dos talentos. Y le instó, y amarró dos talentos de plata en dos talegas, con dos mudas de vestidos; y diólo a dos mozos suyos para que lo llevasen delante de él.

    24. Mas cuando llegó a la colina, él lo tomó de mano de ellos, y lo guardó en casa; luego despachó a los hombres, y ellos se fueron.

    25. Entonces él entró, y se estuvo en pie junto á su amo. Y le dijo Eliseo: ¿De dónde vienes? A lo que respondió: No ha ido tu siervo a ninguna parte.

    26. Mas él le dijo: ¿No iba mi corazón contigo cuando el hombre volvió atrás, saltando de su carro para recibirte? ¿Es tiempo éste por ventura de recibir dinero, y de recibir ropas, y olivares, y viñas, y ovejas, y bueyes, y siervos, y siervas?

    27. Por lo tanto la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu linaje para siempre. Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.