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jueves, julio 18, 2024
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    Apocalipsis 14 - Version Moderna (1929)

    El cántico de los 144 mil

    1. Y MIRÉ, y he aquí el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él había ciento cuarenta y cuatro mil personas, que tenían su nombre y el nombre del Padre de él, escrito en sus frentes.

    2. ¶Y oí una voz procedente del cielo, como el estruendo de muchas aguas, y como el estruendo de un gran trueno;  y la voz que oí era como de arpistas que tañían sus arpas;

    3. y cantaban como si fuese un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos: y nadie podía aprender aquel cántico, sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, que fueron rescatados de sobre la tierra.

    4. Éstos son los que no fueron amancillados con mujeres; porque son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por doquiera que vaya. Éstos fueron rescatados de entre los hombres, como primicias para Dios y para el Cordero.

    5. Y en su boca no fué hallada mentira; están sin mancha.

    El mensaje de los tres ángeles

    6. ¶Y ví a otro ángel volando en medio del cielo, teniendo un evangelio eterno que anunciar a los que habitan sobre la tierra, y a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo;

    7. y dice a gran voz: ¡Temed a Dios y dadle gloria; porque ha llegado la hora de su juicio; y adorad al que hizo el cielo y la tierra, y el mar y las fuentes de agua!

    8. ¶Y otro ángel, el segundo, le siguió, diciendo: ¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que todas las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!

    9. ¶Y otro ángel, el tercero, les siguió, diciendo a gran voz: ¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano,

    10. él también beberá del vino de la ira de Dios, que está preparado sin mezcla alguna en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre, en la presencia de los santos ángeles, y en la presencia del Cordero:

    11. y el humo de su tormento asciende para siempre jamás; y no tienen descanso día ni noche los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que recibe la marca de su nombre!

    12. En esto está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.

    13. ¶Y oí una voz procedente del cielo, que decía: ¡Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, de aquí en adelante! ¡así sea! dice el Espíritu; para que descansen de sus trabajos; y sus obras los van siguiendo.

    La tierra es segada

    14. ¶Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube estaba sentado Uno semejante a hijo de hombre, que tenía sobre su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.

    15. Y otro ángel salió del templo, clamando a gran voz a aquel que estaba sentado sobre la nube: ¡Echa tu hoz, y siega; porque ha llegado la hora de segar; porque la mies de la tierra está ya resecada!

    16. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz sobre la tierra; y la tierra fué segada.

    17. ¶Y otro ángel salió del templo que está en el cielo, teniendo él también una hoz aguda.

    18. Y otro ángel salió de junto al altar, el cual tenía poder sobre el fuego; y clamó a gran voz a aquel que tenía la hoz aguda, diciendo: ¡Echa tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están maduras!

    19. Y el ángel metió su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra; y echó la uva en el lagar, el lagar  grande, de la ira de Dios.

    20. Y fué pisado el lagar fuera de la ciudad; y del lagar salió sangre, que llegaba hasta los frenos de los caballos, por espacio de mil seiscientos estadios.