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sábado, agosto 17, 2024
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    Génesis 42 - Version Moderna (1929)

    Los hermanos de José vienen por alimentos

    1. Y VIENDO Jacob que había grano en Egipto, dijo Jacob a sus hijos: ¿Por qué os miráis el uno al otro?

    2. Y dijo: He aquí he oído decir que hay grano en Egipto; bajad allá, y comprad para nosotros de allí, para que vivamos y no muramos.

    3. Bajaron pues diez de los hermanos de José a comprar trigo en Egipto.

    4. Mas a Benjamín, hermano de José, no le envió Jacob con sus hermanos, porque decía: No sea que le suceda alguna desgracia.

    5. De esta suerte vinieron los hijos de Israel a comprar, en medio de los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.

    6. Y era José el gobernador de la tierra; era él quien vendía el grano a todo el pueblo de la tierra. Vinieron pues los hermanos de José, y se le postraron rostro a tierra.

    7. Y cuando vió José a sus hermanos, los conoció, mas se hizo extraño para con ellos, y les habló con dureza, diciéndoles: ¿De dónde habéis venido? Y ellos respondieron: De la tierra de Canaán, a comprar alimentos.

    8. De modo que conoció José a sus hermanos, mas ellos no le conocieron a él.

    9. Y acordóse José de los sueños que había soñado acerca de ellos, y les dijo: ¡Espías sois; para ver lo indefenso de la tierra habéis venido!

    10. Y le respondieron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.

    11. Todos nosotros somos hijos de un solo varón; hombres de bien somos; tus siervos no son espías.

    12. Mas él les dijo: No, sino para vez lo indefenso de la tierra habéis venido.

    13. Entonces ellos dijeron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo varón en la tierra de. Canaán; y he aquí, el menor está con nuestro padre hoy, y el otro ya no existe.

    14. Mas José les respondió: Eso es lo que os he dicho al afirmar que sois espías.

    15. En esto seréis probados: ¡Por vida de Faraón, que no saldréis de aquí, sin que venga acá vuestro hermano menor!

    16. Enviad a uno de vosotros que traiga a vuestro hermano, y vosotros quedaréis presos; así serán comprobadas vuestras palabras, si hay verdad en vosotros; y si no, ¡por vida de Faraón! que sois espías.

    17. Y los puso a todos juntos en la cárcel tres días.

    18. Pero al tercer día les dijo José: Haced esto y viviréis; pues temo a Dios.

    19. Si sois hombres de bien, quédese uno de vuestros hermanos preso en la casa de vuestra prisión; mas vosotros, id, llevad el grano para el hambre de vuestras casas,

    20. y traedme a vuestro hermano menor; así serán comprobadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.

    21. Y decían el uno al otro: Verdaderamente somos dignos de castigo en cuanto a nuestro hermano; porque vimos la angustia de su alma, cuando nos rogaba tuviésemos piedad de él, y no le escuchamos; por tanto a nosotros nos ha sobrevenido este trance angustioso.

    22. Entonces les respondió Ruben, diciendo: ¿No os decía yo así: No pequéis contra el niño; y no me escuchasteis? ipor tanto ya veis que también su sangre nos es demandada!

    23. Y ellos no sabían que les escuchaba José; porque había intérprete entre ellos.

    24. Y él retiróse de ellos, y lloró: después volvió a ellos, les habló; y tomando de entre ellos a Simeón, le ató delante de sus ojos.

    25. Entonces mandó José que llenasen sus costales de trigo y devolviesen el dinero de cada uno, poniéndolo en su saco, y que les diesen provisiones para el camino: y fué hecho con ellos así.

    26. Ellos pues cargaron el grano sobre sus asnos, y se fueron de allí.

    27. Mas al abrir uno de ellos su saco para dar un pienso a su asno en la posada, vió su dinero; porque, he aquí, estaba en la boca de su costal.

    28. Y dijo a sus hermanos: ¡Devuelto es mi dinero; y también vedlo en mi saco! Y se les saltaba el corazón; y temblaron, diciéndose unos a otros: ¡Qué es esto que Dios ha hecho con nosotros!

    29. Y venidos a Jacob su padre en la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acaecido, diciendo:

    30. Hablónos el hombre, señor de aquella tierra, con dureza, y nos tuvo por hombres que espiaban el país.

    31. Mas nosotros le dijimos: Hombres de bien somos, no somos espías.

    32. Doce hermanos somos, hijos de nuestro padre; el uno ya no existe, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.

    33. Y nos dijo aquel hombre, el señor de la tierra: En esto sabré que sois hombres de bien: De vuestros hermanos dejaréis uno conmigo, y tomaréis trigo para el hambre de vuestras casas, y os iréis;

    34. y traedme a vuestro hermano menor: así sabré que no sois espías, sino que: sois hombres de bien: os daré entonces a vuestro hermano, y traficaréis en la tierra.

    35. Y sucedió que al vaciar sus sacos, ¡he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero! y cuando ellos y su padre vieron los atados de su dinero, tuvieron temor.

    36. Y les dijo su padre Jacob: Vosotros me habéis privado de mis hijos: ¡José no parece, y Simeón no parece, y queréis llevar a Benjamín! ¡todas estas cosas me están en contra!

    37. Entonces Rubén habló a su padre, diciendo: A dos de mis hijos harás morir, si no te le trajere. Entrégale en mi mano, y yo le haré volver a ti.

    38. Mas él respondió: No irá mi hijo con vosotros; pues su hermano es muerto, y él solo me ha quedado; y le va a suceder alguna desgracia en el camino por donde vais: así haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.