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viernes, julio 19, 2024
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    Hechos 23 - Version Moderna (1929)

    1. PABLO entonces mirando fijamente al Sinedrio, dijo: Hermanos: he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy.

    2. Y el sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban cerca de él, que le hiriesen en la boca.

    3. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te herirá a ti; pared blanqueada! ¿Tú pues te sientas para juzgarme conforme a la ley, y mandas que yo sea herido, en contra de la ley?

    4. Y los que estaban cerca de él dijeron: ¿Vilipendias tú al sumo sacerdote de Dios?

    5. A lo que dijo Pablo: No sabía, hermanos, que él fuese el sumo sacerdote; porque está escrito: No hablarás mal del gobernante de tu pueblo.

    6. ¶Mas habiendo percibido Pablo que una parte era de saduceos y la otra de fariseos, clamó en el Sinedrio: ¡Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: en cuanto a la esperanza nuestra, y a la resurrección de los muertos, soy yo juzgado!

    7. Y cuando hubo dicho esto, suscitóse una disensión entre los fariseos y los saduceos, y la multitud fué dividida.

    8. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos confiesan entrambas cosas.

    9. Y levantóse una gritería grande: y poniéndose en pie algunos de los escribas del partido de los fariseos, contendieron, diciendo: ¡No hallamos ningún mal en este hombre! ¿Y qué hay si un espíritu o un ángel le haya hablado?

    10. Y suscitándose una gran disensión, temeroso el tribuno de que Pablo fuese despedazado por ellos, mandó que descendiesen los soldados, y le arrebatasen de en medio de ellos, y le llevasen a la fortaleza.

    11. ¶Y a la noche siguiente se puso junto a él el Señor, y dijo: No temas, Pablo, pues así como has dado testimonio de mí en Jerusalem, así es menester que des testimonio también en Roma.

    Complot contra Pablo

    12. ¶Y cuando era de día, los judíos hicieron una conspiración, y se obligaron bajo maldición, diciendo que ni comerían ni beberían hasta que hubiesen muerto a Pablo.

    13. Y eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración:

    14. los cuales viniendo a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos, dijeron: Nos hemos obligado bajo grave maldición, a no gustar cosa alguna, hasta que hayamos muerto a Pablo.

    15. Ahora pues, dad aviso al tribuno vosotros, juntamente con el Sinedrio, de que le conduzca ante vosotros, como que vais a averiguar más exactamente lo que haya respecto de él: y nosotros estaremos esperando para matarle antes que llegue.

    16. ¶Empero el hijo de la hermana de Pablo, teniendo noticia de la emboscada, fué, y entrando en la fortaleza, se lo dijo a Pablo.

    17. Pablo entonces, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven al tribuno; porque tiene algo que decirle.

    18. Tomándole pues, le llevó al tribuno, y dijo: Pablo el preso, llamándome a sí, me rogó trajese a este joven a ti, el cual tiene algo que decirte.

    19. Entonces el tribuno, tomándole de la mano, se retiró aparte, y le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?

    20. Y él dijo: Los judíos han convenido en rogarte que hagas conducir a Pablo ante el Sinedrio mañana, como que van a inquirir algo más exactamente respecto de él.

    21. Tú pues no te dejes persuadir de ellos; porque le están armando asechanzas más de cuarenta de ellos, los cuales se han obligado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan muerto: y ahora están listos, esperando tu promesa.

    22. El tribuno pues despidió al joven, mandándole: No digas a nadie que me has dado aviso de esto.

    Pablo es enviado a Félix el gobernador

    23. Entonces, llamando a dos de los centuriones, dijo: Aprontad doscientos soldados para ir hasta Cesarea, y setenta de caballería, y doscientos lanceros, para la hora tercera de la noche:

    24. y aprontad bestias, para que poniendo a Pablo encima, sea llevado con seguridad a Félix gobernador.

    25. Y escribió una carta en esta forma:

    26. ¶Claudio Lisias, al excelentísimo gobernador Félix, salud:

    27. Este hombre fué prendido por los judíos, y estaba a punto de ser muerto por ellos, cuando yo vine sobre ellos con soldados, y le arranqué de sus manos, habiendo entendido que era romano.

    28. Y deseando saber por qué causa le acusaban, condújele ante el Sinedrio de ellos;

    29. donde hallé que fué acusado solamente respecto de cuestiones de su ley, pero que no tenía contra sí acusación de nada que fuese digno de muerte o de prisiones.

    30. Mas habiéndoseme avisado que armaban asechanzas contra el hombre, en el acto le envié a ti; mandando también a sus acusadores que digan ante ti lo que tengan contra él.

    31. ¶Así pues los soldados, según les fué mandado, tomando a Pablo, le condujeron de noche a Antípatris.

    32. Mas al día siguiente, dejando a los de a caballo para que fuesen con él, se volvieron ellos a la fortaleza.

    33. Y aquellos, habiendo llegado a Cesarea, y entregado la carta al gobernador, presentaron también a Pablo delante de él.

    34. Y habiendo éste leído la carta, le preguntó de qué provincia era; y cuando supo que era de Cilicia,

    35. le dijo: Oiré tu causa cuando tus acusadores también hayan llegado: y mandó que fuese guardado en el Pretorio de Herodes.