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jueves, julio 18, 2024
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    Lucas 13 - Version Moderna (1929)

    Arrepentíos o pereceréis

    1. HABÍA presentes en aquel tiempo algunos que le contaron de aquellos galileos, cuya sangre Pilato había mezclado con la de sus sacrificios.

    2. Y él respondiendo, les dijo: ¿Pensáis acaso que esos galileos eran mayores pecadores que todos los galileos, por cuanto sufrieron estas cosas?

    3. Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos pereceréis de igual manera.

    4. O aquellos diez y ocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató ¿pensáis que ellos eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?

    5. Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos asimismo pereceréis.

    Parábola de la higuera estéril

    6. ¶Y dijo esta parábola: Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y vino buscando fruto en ella, mas no lo halló.

    7. Dijo, pues, al viñero: He aquí, hace ya tres años que vengo buscando fruto en esta higuera, y no lo hallo: ¡córtala! ¿por qué también inutiliza la tierra?

    8. Mas él respondiendo, le dijo: Señor, déjala este año también, hasta que yo cave en derredor de ella, y le eche estiércol:

    9. y si con esto diere fruto, bien; mas si no, tú entonces la cortarás.

    Jesús sana a una mujer en el día de reposo

    10. ¶Y estaba enseñando en una de las sinagogas en un día de sábado.

    11. ¶Y he aquí una mujer que tenía un espíritu de enfermedad ya por diez y ocho años, y estaba agobiada, y no podía en manera alguna enderezarse.

    12. Y como Jesús la viese, llamóla a sí, y le dijo: Mujer, libre eres de tu enfermedad.

    13. Y puso sobre ella las manos; y al instante ella se enderezó, y glorificaba a Dios.

    14. Mas el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hiciera curación en el sábado, respondió y dijo al pueblo: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos pues venid, y sed curados, y no en el día de sábado.

    15. El Señor entonces le respondió, y dijo: ¡Hipócritas! ¿cada uno de vosotros, no desata del pesebre su buey o su asno en el sábado, y los lleva a abrevar?

    16. ¿Y acaso esta mujer, siendo hija de Abraham, a quien, he aquí, hace diez y ocho años que Satanás la ligó, no debiera ser desatada de esta ligadura en día de sábado?

    17. Y diciendo él esto, todos sus adversarios quedaron avergonzados, y todo el pueblo se regocijaba de todas las cosas gloriosas que eran hechas por él.

    Parábola de la semilla de mostaza

    18. ¶Dijo entonces: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo he de asemejar?

    19. Semejante es a un grano de mostaza, que un hombre tomó y lo sembró en su huerto; y creció, y vino a ser árbol; y las aves del cielo posaron en sus ramas.

    Parábola de la levadura

    20. Y dijo otra vez: ¿A qué semejaré el reino de Dios?

    21. Semejante es a la levadura, que tomó una mujer y la encubrió en tres medidas de harina, hasta que el todo quedó fermentado.

    La puerta estrecha

    22. ¶Y pasaba por entre las ciudades y aldeas, enseñando y caminando hacia Jerusalem.

    23. Y le dijo uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:

    24. Esforzaos para entrar por la puerta estrecha; porque yo os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

    25. Una vez que se haya levantado el padre de familia, y haya cerrado la puerta, y comenzareis, estando fuera, a llamar a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos; y él respondiendo, os dijere: No os conozco ni sé de dónde sois.

    26. Entonces comenzaréis a decir: En tu presencia hemos comido y bebido, y tú has enseñado en nuestras plazas;

    27. mas él dirá: Dígoos que no sé de dónde sois: apartaos de mí todos los obradores de iniquidad.

    28. Allí será el lloro y el crujir de dientes, cuando viereis a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, y a todos los profetas en el reino de Dios, mas a vosotros echados fuera.

    29. Y vendrán del Oriente y del Occidente, y del Norte y del Mediodía, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

    30. Y he aquí que hay postreros que serán primeros, y hay primeros que serán postreros.

    Lamento de Jesús sobre Jerusalén

    31. ¶En aquella misma hora vinieron ciertos fariseos que le decían: Sal, y véte de aquí; porque Herodes quiere matarte.

    32. Mas él les dijo: Id y decid a aquella zorra: He aquí que echo fuera demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y el tercer día soy hecho perfecto.

    33. Empero es menester que yo camine hoy, y mañana, y pasado mañana; porque no es posible que un profeta perezca fuera de Jerusalem.

    34. ¡Oh Jerusalem, Jerusalem! tú que matas a los profetas, y apedreas a los que a ti son enviados, ¡cuántas veces quise recoger tus hijos, como la gallina recoge sus polluelos debajo de sus alas; y no quisiste!

    35. He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y yo os digo: No me veréis más, hasta que venga el tiempo  cuando digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.