31.6 C
Miami
viernes, julio 19, 2024
Más


    Mateo 21 - Version Moderna (1929)

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. Y CUANDO se acercaron a Jerusalem, y hubieron llegado a Betfage, junto al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos,

    2. diciéndoles: ¡Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella: desatadla, y traédmelos!

    3. Y si alguien os dijere algo, diréis:  El Señor los ha menester; y luego los enviará.

    4. Esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta, que dijo:

    5. Decid a la hija de Sión:  He aquí que tu rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo del asna.

    6. Los discípulos fueron, pues, y haciendo así como Jesús les había mandado,

    7. trajeron el asna y el pollino; y pusieron sobre ellos sus vestidos, y él se sentó sobre éstos.

    8. Y la inmensa muchedumbre de gente tendían sus vestidos por el camino; y otros cortaron ramas de los árboles, y las tendían por el camino.

    9. Y las multitudes que iban delante, y las que seguían detrás, le aclamaban, diciendo:  ¡Hosanna al Hijo de David!  ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

    10. Y cuando entró Jesús en Jerusalem, conmovióse toda la ciudad, diciendo:  ¿Quién es éste?

    11. Y las multitudes decían:  ¡Éste es Jesús, el profeta de Nazaret, de Galilea!

    Purificación del templo

    12. ¶Y entró Jesús en el Templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;

    13. y les dijo:  ¡Escrito está:  Mi casa será llamada Casa de Oración; pero vosotros la hacéis una cueva de ladrones!

    14. Y acudieron a él ciegos y cojos en el Templo; y los sanó.

    15. Y cuando los jefes de los sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que él hacía, y a los niños que aclamaban en el Templo, diciendo:  ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron mucho;

    16. y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos están diciendo? Díceles Jesús:  Sí; ¿nunca habéis leído esto:  De la boca de los pequeñitos, y de los que maman, has perfeccionado la alabanza?

    17. Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, hasta Betania, y posó allí.

    Maldición de la higuera estéril

    18. ¶Y por la mañana, cuando volvía a la ciudad, tuvo hambre;

    19. y viendo una higuera solitaria cerca del camino, fué a ella; mas no halló en ella nada sino hojas solamente, y le dijo: ¡Nunca nazca de ti fruto para siempre! Y luego la higuera se secó.

    20. Y cuando vieron esto los discípulos, se maravillaron, diciendo:  ¡Cuán de repente se secó la higuera!

    21. Y Jesús respondiendo, les dijo:   En verdad os digo que si tenéis fe, y no dudáis, no sólo haréis esto de la higuera, mas aun cuando a esta montaña dijereis: ¡Quítate, y échate en el mar! será hecho:

    22. y todo cuanto pidiereis en la oración, creyendo, lo recibiréis.

    La autoridad de Jesús

    23. ¶Y llegado que hubo al Templo, los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo vinieron a él, mientras enseñaba, y le dicen:  ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te ha dado esta autoridad?

    24. Mas Jesús respondiendo, les dijo:  Yo también os preguntaré una cosa, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.

    25. El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿del cielo, o de los hombres?  Mas ellos discurrían entre sí, diciendo: Si dijéremos, del cielo; nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?

    26. Pero si dijéremos: De los hombres; tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta.

    27. Y respondiendo a Jesús, dijeron; No sabemos. Él también les dijo a ellos:  Ni yo tampoco os digo con qué autoridad hago estas cosas.

    Parábola de los dos hijos

    28. ¶¿Mas qué os parece? Un hombre tenía dos hijos: y llegándose al primero, le dijo: Hijo, vé, trabaja hoy en la viña.

    29. Y él respondiendo, dijo:No quiero; mas después lo sintió, y fué.

    30. Y llegándose al otro, le dijo de la misma manera. Y éste respondiendo, dijo: Yo, señor, voy; mas no fué.

    31. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Dicen ellos: El primero. Jesús les dice:  En verdad os digo, que los publicanos y las rameras os van delante al reino de Dios.

    32. Porque vino Juan a vosotros en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, al ver esto, no lo sentisteis después, para creerle.

    Los labradores malvados

    33. ¶Escuchad otra parábola:  Había cierto padre de familia que plantó una viña, y la cercó con seto, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la dió en arrendamiento a labradores, y se fué al extranjero.

    34. Y cuando se acercaba el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen los frutos de ella.

    35. Mas los labradores, tomando a los siervos, apalearon al uno,  y mataron al otro, y al otro apedrearon.

    36. Otra vez les envió otros siervos, en mayor número que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.

    37. Y por último, les envió a su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.

    38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí:  Éste es el heredero; ¡venid, matémosle, y tomemos su herencia!

    39. Y prendiéndole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.

    40. Cuando, pues, viniere el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?

    41. Le dicen:  Destruirá miserablemente a los malvados, y dará su viña en arrendamiento a otros labradores que le paguen los frutos a sus tiempos.

    42. Jesús les dice:  ¿Nunca habéis leído en las Escrituras:  La piedra que desecharon los arquitectos, ella misma ha venido a ser cabeza del ángulo:  por parte del Señor fué hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

    43. Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

    44. El que cayere sobre esta piedra será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.

    45. Y cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas, entendieron que de ellos hablaba.

    46. Y procuraron echarle mano, pero temían a las multitudes; porque éstas le tenían por profeta.