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miércoles, julio 17, 2024
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    Nahum 2 - Version Moderna (1929)

    1. EL devastador, oh Nínive, ha subido delante de tu rostro; guarda la fortaleza, vigila el camino, refuerza tus lomos, acrecienta mucho tu poder.

    2. Porque Jehová restaura la gloria de Jacob, así como la gloria de Israel; pues que los saqueadores los han saqueado, y han destruído los vástagos de su vid.

    3. Los escudos de sus héroes están teñidos de rojo; sus valientes guerreros están vestidos de escarlata: sus carros de guerra centellean con fuego de hachas; en el día de su preparación vibran las lanzas.

    4. Los carros corren locamente por las calles; discurren veloces por las plazas; su parecer es como de antorchas; corren como relámpagos.

    5. El rey se acuerda de sus ilustres guerreros; andan atropelladamente en su marcha; corren presurosos al muro de la ciudad; pero está ya preparado el mantelete.

    6. Las puertas de los ríos están abiertas, y el palacio se deshace.

    7. Y Huzab es desnudada, es llevada en cautiverio: sus criadas gimen, como con voz de paloma, golpeándose los pechos.

    8. Y Nínive, desde su origen, ha sido como un estanque lleno de aguas; sin embargo sus defensores se van huyendo. ¡Deteneos! ¡deteneos! les dicen; mas nadie vuelve la cara.

    9. ¡Saquead la plata! ¡saquead el oro! pues no hay fin de sus tesoros, ni de la gloria de toda suerte de deleites.

    10. La ciudad está ya vacía, devastada y desolada; y se deslíe el corazón, y se baten las rodillas, y hay angustia en todos los lomos; y palidece el rostro de todos.

    11. ¿Dónde está ahora la guarida de los leones, y el lugar donde comían los leoncillos; en donde se paseaban el león y la leona, y el cachorro del león, sin que ninguno les infundiese espanto?

    12. El león destrozaba lo suficiente para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas; llenando sus cuevas de rapiña, y sus guaridas de presa.

    Destrucción total de Nínive

    13. ¡He aquí que estoy yo contra ti, dice Jehová de los Ejércitos; y reduciré a humo tus carros de guerra, y a tus leoncillos los devorará la espada; y cortaré de la tierra tu rapiña; y no será oída más la insolente voz de tus mensajeros!