31 C
Miami
sábado, agosto 17, 2024
Más


    Salmos 10 - Version Moderna (1929)

    Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados

    1. ¿POR qué te mantienes tan lejos, oh Jehová? ¿por qué te escondes en los tiempos de angustia?

    2. El inicuo persigue con arrogancia al pobre: ¡sean cogidos los impíos en los artificios que han ideado!

    3. Porque el inicuo se jacta del deseo de su alma, y despojando al pobre, renuncia y desprecia a Jehová.

    4. El inicuo por la altivez de su rostro no busca a Dios: no hay Dios en todos sus pensamientos.

    5. Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios, los tiene muy lejos de su vista; a todos sus adversarios les echa bocanadas de desprecio.

    6. Dice en su corazón: ¡No seré jamás movido! ¡nunca me hallaré en adversidad!

    7. De juramentos falsos tiene llena su boca, y de engaños, y de fraude; debajo de su lengua hay agravio y maldad.

    8. Se sienta en los escondites de las aldeas; en los escondrijos mata al inocente; sus ojos están espiando al desvalido.

    9. Asecha de encubierto, como el león desde su cueva; asecha para arrebatar al pobre: arrebata al pobre, trayéndole en su red.

    10. Se encoge, se abaja, y caen los desvalidos en sus poderosas garras.

    11. Dice en su corazón: Dios ha olvidado; esconde su rostro; jamás lo verá.

    12. ¡Levántate, oh Jehová! ¡oh Dios, alza tu mano! ¡no te olvides de los afligidos!

    13. ¿Por qué desprecia el inicuo a Dios? dice en su corazón: No lo requerirás.

    14. Tú lo has visto; porque miras el agravio y la vejación, para dar la recompensa con tu mano. A ti se encomienda el desvalido: tú eres el defensor del huérfano.

    15. Quebranta el brazo del inicuo; y en cuanto al hombre malo, busca su maldad, hasta que no halles más.

    16. ¡Jehová es Rey perpetuo y eterno! de su tierra han perecido los gentiles.

    17. Tú has oído el anhelo de los humildes, oh Jehová; sosegarás su corazón, harás atento tu oído,

    18. para hacer justicia al huérfano y al oprimido, para que no vuelva más a causar espanto el hombre endeble, que es de la tierra.