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miércoles, julio 17, 2024
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    Santiago 3 - Version Moderna (1929)

    La lengua

    1. NO os hagáis muchos de vosotros maestros, hermanos míos, sabiendo que así recibiremos más riguroso juicio;

    2. pues que en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, el tal es hombre perfecto, capaz de refrenar además todo el cuerpo.

    3. Pues si ponemos frenos en las bocas de los caballos, para que nos obedezcan, tornamos en derredor todo su cuerpo también.

    4. He aquí también las naves, las cuales, siendo tan grandes, y estando impelidas por vientos muy fuertes, sin embargo, por medio de un pequeñísimo timón, se les da vuelta a dondequiera que quisiere el impulso del piloto.

    5. Así la lengua también es un miembro pequeño, y se jacta de grandes cosas. He aquí, un poco de fuego ¡cuán grande bosque enciende!

    6. Sí, porque la lengua es un fuego; un mundo de iniquidad es la lengua, puesta en medio de nuestros miembros; la cual contamina todo el cuerpo, y enciende la rueda de la naturaleza, y ella misma es encendida del infierno.

    7. Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, es domado y ha sido domado por el género humano:

    8. mas la lengua no la puede ningún hombre domar: es un mal veleidoso, lleno de veneno mortal.

    9. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la semejanza de Dios:

    10. ¡de una misma boca salen bendición y maldición! Hermanos, no conviene que estas cosas sean así.

    11. ¿Acaso una fuente arroja por una misma abertura, agua dulce y amarga?

    12. ¿Puede, hermanos míos, la higuera producir aceitunas, o la vid, higos? Ni tampoco puede la fuente salada dar agua dulce.

    La sabiduría de lo alto

    13. ¶¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre el tal, por medio de una vida buena, sus obras en mansedumbre de sabiduría.

    14. Pero si tenéis en vuestros corazones amargos celos y espíritu faccioso, no os gloriéis, mintiendo contra la verdad.

    15. ¡No es ésta la sabiduría que desciende de arriba; sino antes, es cosa terrenal, sensual, diabólica!

    16. Porque en donde hay celos y espíritu faccioso, allí hay confusión y toda obra mala.

    17. Pero la sabiduría que es de arriba, es primeramente pura, luego pacífica, apacible, propensa a complacer, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad, sin hipocresía.

    18. Y el fruto de la justicia es sembrado en paz, por los que promueven la paz.