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jueves, julio 18, 2024
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    2 Samuel 7 - Biblia Septuaginta al Español

    Pacto de Dios con David

    1. Y aconteció cuando se asentó el rey en su casa y el Señor le posesionó, en redondo, de todos sus enemigos, en redondo;

    2. que habló el rey a Natán el profeta: «He aquí ahora yo habito en casa cedrina, y el arca de Dios está asentada en medio del tabernáculo.»

    3. Y dijo Natán al rey: «Todo cuanto, en tu corazón, anda y haz; pues el Señor, contigo.»

    4. Y fue aquella noche, y fue palabra del Señor a Natán, diciendo:

    5. «Camina y di a mi siervo David: «Esto dice el Señor: «No tú me edificarás(a) casa para habitar yo;

    6. porque no he habitado en casa desde el día que subí los hijos de Israel, de Egipto hasta este día, y he estado allí, peregrinado en pabellón, y en tabernáculo

    7. en todo lo que he pasado en todo Israel. ¿Si hablando he hablado a una tribu de Israel, a la que he mandado pastorear mi pueblo de Israel, diciendo: «¿Por qué no me habéis edificado casa cedrina?»

    8. Y ahora esto dirás a mi siervo David: «Esto dice el Señor omnipotente: «Tomádote he, de la dehesa en pos de las ovejas para que fueras príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;

    9. y he sido contigo en todo lo que has andado, y he exterminado todos tus enemigos, de ante tu faz, y héchote renombrado según el nombre de grandes los sobre la tierra.

    10. Y pondré lugar a mi pueblo, a Israel, y plantaréle, y habitará por sí, y no se solicitará más; y no volverá hijo de iniquidad a humillarle, así como del principio,

    11. desde los días que dispuse jueces sobre mi pueblo de Israel; y te sosegaré de todos tus enemigos, y te anunciará el Señor que casa le edificarás.

    12. Y será cuando se cumplieren tus días y durmieres con tus padres; y suscitaré tu simiente después de ti; el que será de tu vientre y prepararé su reino.

    13. Él me edificará casa, a mi nombre y afianzaré su trono hasta por el siglo.

    14. Yo le seré su padre, y él me será mi hijo; y si viniere la iniquidad de él, le reconvendré en vara de varones, y en plagas de hijos de hombres.

    15. Pero mi misericordia no se retirará de él, así como retiré de los que retiré de mi rostro.

    16. Y será asegurada su casa y su reino hasta el siglo, a mi faz; y su trono estará afianzado por el siglo.»

    17. Según todas estas palabras y según toda esta visión, así habló Natán a David.

    18. Y entró el rey David y sentóse a faz del Señor y dijo: «¿Quién soy yo, Señor mío, Señor, y cuál la casa mía que me has amado hasta esto?

    19. Y heme apocado un poco a faz tuya Señor, mi Señor, y has hablado sobre la casa de tu siervo a lo largo; pues ésta, la ley(b) del hombre, Señor mío, Señor.

    20. Y ¿qué proseguirá David todavía hablando a ti? Y ahora tú sabes a tu siervo, Señor mío, Señor;

    21. y por tu siervo has hecho, y, según tu corazón hiciste toda esta grandeza que manifestar a tu siervo,

    22. por esto: para engrandecerte, Señor mío; porque no hay como tú, y no hay Dios, fuera de ti en todo lo que hemos oído en nuestras orejas.

    23. Y ¿cuál, como tu pueblo Israel hay gente otra en la tierra? Como le condujo Dios para redimirse un pueblo, para tú poner nombre(c) , para hacer grandeza y manifestación, para lanzar tú (de la faz de tu pueblo: a los que te redimiste de Egipto) gentes y pabellones.

    24. Y te has dispuesto tu pueblo Israel en pueblo hasta siglo, y tú, Señor, has sido hecho para ellos en Dios.

    25. Y ahora, Señor mío, la palabra que has hablado de tu siervo y la casa de él, afianza hasta el siglo, Señor omnipotente Dios de Israel; y ahora, según has hablado,

    26. engrandézcase tu nombre hasta el siglo, diciendo: «Señor omnipotente, Dios sobre Israel; y la casa de tu siervo David será afirmada a faz de ti;

    27. Señor omnipotente, Dios de Israel, has revelado la aurícula de tu siervo, diciendo: «Casa te edificaré.» Por esto ha hallado tu siervo su corazón para orar a ti esta oración.

    28. Y ahora, Señor mío, Señor, tú eres Dios, y tus palabras serán verdaderas, y has hablado de tu siervo estos bienes.

    29. Y ahora comienza y bendice la casa de tu siervo para ser por el siglo ante tu faz; porque tú, Señor mío, Señor, has hablado y, de tu bendición, bendita será la casa de tu siervo, para ser por el siglo.»