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domingo, agosto 18, 2024
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    Hechos 16 - Biblia Septuaginta al Español

    Timoteo acompaña a Pablo y a Silas

    1. Y bajó también a Derbe y a Listra. Y he aquí un discípulo había allí, por nombre Timoteo, hijo de mujer judía fiel y de padre heleno;

    2. quien era testificado por los en Listra e Iconio hermanos.

    3. Este quiso Pablo que con él saliera, y, acogiendo, circuncidóle, por los judíos que había en aquellos lugares; pues sabían todos ellos que heleno su padre era.

    4. Y, como pasaban por las ciudades, entregaban a ellos los decretos los juzgados por los apóstoles y ancianos, los en Jerusalén.

    5. Las iglesias; en verdad, confirmábanse en la fe, y abundaban por el número cada día;

    La visión del varón macedonio

    6. y atravesaron la Frigia y Galacia región, detenidos por el Santo Espíritu de hablar la palabra en el Asia;

    7. y, viniendo por(a) la Misia, intentaron a la Bitinia ir, y no dejóles el Espíritu de Jesús;

    8. y, pasando(b) de la Misia, descendieron a la Tróade.

    9. Y visión de noche a Pablo aparecióse: un varón macedonio estaba parado y rogándole y diciendo: «Pasando a Macedonia, ayúdanos».

    10. Y, como la visión vio, luego buscamos salir para Macedonia, considerando que nos había llamado Dios a evangelizarles.

    Encarcelados en Filipos

    11. Zarpando, pues, de Tróade, enderezamos a Samotracia y, al siguiente día, a Nápolis;

    12. y de allí, a Filipos; la cual es primera, de la parte de la Macedonia —ciudad, colonia(c) . Y estábamos en esta ciudad pasando días algunos;

    13. y el día de los sábados salimos fuera de la puerta al río donde pensábamos oración haber; y sentándonos, hablábamos a las reunidas mujeres.

    14. Y una mujer por nombre Lidia, purpurera(d) de ciudad de Tiatira, temiendo a Dios, oía; de quien el Señor abrió el corazón a atender a lo hablado por Pablo.

    15. Y, como se bautizó y la casa de ella, rogó, diciendo: «Si habéis juzgado que fiel al Señor soy, entrando a mi casa, permaneced»; y fuénos obligando.

    16. Y aconteció, yendo nosotros a la oración, que una niña que tenía espíritu pitónico(e) nos encontró; la cual ganancia mucha brindaba a sus amos, adivinando.

    17. Esta siguiendo en pos de Pablo y nosotros, gritaba, diciendo: «Estos hombres siervos del Dios, el Altísimo, son; los que anuncian a vosotros camino de salud».

    18. Y esto hacía por muchos días. E indignándose Pablo y volviéndose, al espíritu dijo: «Mándote en nombre de Jesucristo salir de ella». Y salió a la misma hora.

    19. Mas, viendo los amos de ella que salió la esperanza de la ganancia de ellos, cogiendo a Pablo y Silas arrastraron al ágora, a los príncipes;

    20. y llevándoles hasta los estrategos, dijeron: «Estos hombres conturban nuestra ciudad, judíos como son;

    21. y anuncian costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, romanos siendo».

    22. Y, junta en torno púsose la turba contra ellos; y los estrategos, desgarrando de ellos las vestiduras, mandaban avarillar;

    23. y golpes imponiéndoles muchos, arrojaron en custodia, encargando al guardaprisión seguramente guardarles;

    24. quien, encargo tal recibiendo, arrojóles en la interior custodia, y los pies aseguró de ellos sobre el leño.

    25. Mas, por la medianoche, Pablo y Silas, orando, himnodiaban a Dios; y escuchábanles los presos.

    26. Y súbitamente terremoto hubo grande, que se estremecieron los cimientos de la prisión; y abriéronse al punto las puertas todas, y de todos las ataduras soltáronse.

    27. Y, del sueño despertado el guardaprisión, y viendo abiertas las puertas de la custodia, tirando de la cuchilla, íbase a sí mismo arrebatar, pensando haberse huido los presos.

    28. Pero voceó Pablo con gran voz, diciendo: «Nada hagas a ti mismo de malo; que todos nosotros estamos aquí».

    29. Y, pidiendo antorcha, saltó cerca; y, tembloroso poniéndose, cayó ante Pablo y Silas;

    30. y, sacándoles fuera, dijo: «Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?»

    31. Y ellos dijeron: «Cree en el Señor Jesús, y te salvarás tú y tu casa».

    32. Y habláronle la palabra de Dios, con todos los de su casa.

    33. Y, tomándoles consigo, en aquella hora de la noche, lavó de los golpes(f) ; y bautizóse él y los suyos todos ellos al punto;

    34. y, subiéndoles a su casa, púsoles delante mesa, y alborozóse casa entera, creyendo en Dios.

    35. Y, amaneciendo, enviaron los estrategos a los varilleros, diciendo: «Suelta a aquellos hombres».

    36. Y anunció el guardaprisión las palabras a Pablo: que «han enviado los estrategos porque se os suelte; ahora, pues, idos en paz».

    37. Pero Pablo dijo a ellos: «Flagelándonos públicamente, no juzgados, a hombres romanos como somos, han arrojado en custodia ¿y ahora ocultamente nos arrojan fuera? No, por cierto; sino que, viniendo ellos nos saquen fuera».

    38. Y anunciaron a los estrategos los varilleros estas palabras; y temieron, oyendo que romanos son;

    39. y, viniendo, consoláronles; y, sacando fuera, rogaron se retirasen de la ciudad.

    40. Y, viendo a los hermanos, consoláronles y salieron.