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sábado, julio 20, 2024
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    Números 11 - Biblia Septuaginta al Español

    Jehová envía codornices

    1. Y aconteció murmurar el pueblo malamente delante del Señor; y oyó Señor e inflamóse en ira e incendióse en ellos fuego desde Señor, y devoró un extremo del campamento.

    2. Y, clamó el pueblo a Moisés, y oró Moisés al Señor, y cayó el fuego.

    3. Y fue llamado el nombre de aquel lugar Incendio, pues incendióse en ellos fuego desde Señor.

    4. Pero el populacho entre ellos, ansió con ansia; y, sentándose lloraron, y también los hijos de Israel, y dijeron: «¿Quién nos nutrirá con carne?»

    5. Nos acordamos de los peces que comíamos en Egipto de balde y de los cohombros, y de los melones, y de los puerros, y de las cebollas y de los ajos.

    6. Ahora, empero, nuestra alma reseca; nada sino maná, nuestros ojos.

    7. Pero el maná como semilla de cilantro es, y su aspecto como aspecto de cristal.

    8. Y dispersábase el pueblo y recogía, y molíalo en molienda, o trituraban en mortero, y cocíanlo en olla; y hacíanlo tortas; y su sabor era como el sabor como de hojuelas de aceite.

    9. Y, cuando descendía el rocío sobre el real de noche, descendía el maná, descendía sobre él.

    10. Y oyóles Moisés llorar por sus pueblos, cada uno a la puerta de su tienda; e inflamóse en ira el Señor sobremanera; y delante de Moisés era malo.

    11. Y dijo Moisés al Señor: «¿Por qué has abatido a tu siervo? Y ¿Por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?

    12. ¿Que he concebido yo a todo este pueblo o yo los he parido, que dices: «Llévale en tu regazo como la nodriza lleva al mamante, a la tierra que has jurado a sus padres?

    13. ¿De dónde a mí dar carne a todo este pueblo? porque me lloran diciendo: «Danos carne para comer».

    14. No podré yo solo llevar a todo este pueblo, pues demasiado pesado es para mí esta palabra(a) .

    15. Y, si así haces tú conmigo, quítame de en medio, para no ver mi abatimiento».

    16. Y dijo el Señor a Moisés: «Congrégame setenta varones de entre los ancianos de Israel que tú sabes que ancianos son del pueblo y maestros de ellos; y los traerás al tabernáculo del testimonio, y se pondrán allí contigo.

    17. Y descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu, que hay en ti, y pondré sobre ellos, y conllevarán contigo la carga del pueblo; y no los llevarás tú solo.

    18. Y al pueblo dirás: «Purificáos para mañana, y comeréis carne; pues habéis llorado en oídos del Señor, diciendo: «¿Quién nos nutrirá con carne? porque bello, para nosotros estar en Egipto»; y el Señor os dará a comer carne, y comeréis carne.

    19. No un día comeréis, ni dos días, ni cinco días, ni diez días, ni veinte días;

    20. hasta un mes de días comeréis; hasta que salga por vuestras narices, y seráos en náuseas, porque habéis desechado al Señor, que está en medio de vosotros y llorado delante de él, diciendo: «¿A qué a nosotros haber salido de Egipto?».

    21. Y dijo Moisés: «Seiscientos mil infantes tiene el pueblo entre quienes estoy yo, y tú has dicho: «Carne daréles de comer, y comerán un mes de días».

    22. ¿Acaso ovejas y bueyes se les degollarán, y les bastará? ¿O todos los peces del mar juntaránseles, y les bastará?».

    23. Y dijo el Señor a Moisés: «¿Acaso mano del Señor no alcanzará? Ya sabrás si te faltará mi palabra o no».

    24. Y salió Moisés, y habló al pueblo las palabras del Señor; y congregó setenta varones, de los ancianos del pueblo, y púsoles en contorno del tabernáculo.

    25. Y descendió el Señor en nube, y hablóle, y tomó del espíritu, de él, y puso sobre los setenta varones, los ancianos; y aconteció que, al reposar el espíritu sobre ellos, profetizaron; y ya no cesaron.

    26. Y habíanse quedado dos varones en el real: nombre del uno: Eldad, y nombre del otro: Madad; y reposó sobre ellos espíritu; y éstos eran de los inscritos, y no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el real.

    27. Y corriendo vino el niño; avisó a Moisés, y dijo, diciendo: «Eldad y Madad profetizan en el real».

    28. Y, respondiendo Josué, el hijo de Nun, el servidor de Moisés, el elegido, dijo: «Señor mío Moisés, impídeles».

    29. Y díjole Moisés: «¿Celas tú por mí? ¿Quién diera que todo el pueblo del Señor profetizase, que diese Señor su espíritu sobre ellos?»

    30. Y retiróse Moisés al real, él y los ancianos de Israel.

    31. Y ráfaga salió del Señor y lanzó codornices, desde el mar, y esparciólas en torno del campamento, camino de un día acá y camino de un día allá, en contorno del campamento, como dos codos sobre la tierra.

    32. Y, levantándose el pueblo, todo aquel día, y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron codornices; el que poco, recogió diez coros(b) ; y sacáronles para sí secas, en contorno del campamento.

    33. La carne aún estaba en sus dientes, antes de faltarles; y Señor inflamóse en ira contra el pueblo e hirió Señor al pueblo, con plaga grande sobremanera.

    34. Y, fue llamado el nombre de aquel lugar: Sepulcros del apetito; porque allí sepultaron al pueblo apetecedor.

    35. De los Sepulcros del apetito decampó el pueblo, a Haserot; y quedóse el pueblo en Haserot.