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jueves, julio 18, 2024
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    Proverbios 7 - Biblia Septuaginta al Español

    Las artimañas de la ramera

    1. Hijo, guarda mis palabras; y mis mandamientos guarda contigo; hijo, teme al Señor y te esforzarás; y, fuera de él, no temas a otro.

    2. Guarda mis mandamientos, y vivirás, y mis palabras, como niñas de los ojos;

    3. y ponlas en torno de tus dedos, y grábalas a lo ancho de tu corazón.

    4. Di que la sabiduría sea tu hermana; y a la prudencia para conocida tuya, gánate;

    5. para que te guarde de mujer extraña y mala, si con palabras las para gracia, te instare.

    6. Pues, por la ventana de su casa, a las calles asomándose,

    7. a quien viere de los insensatos hijos joven, indigente de corazón,

    8. pasando por esquina, en veredas de sus casas, y hablando

    9. en tinieblas vespertinas, cuando el reposo nocturno y obscuro;

    10. y la mujer va a su encuentro, aspecto(a) teniendo meretricio; la que hace de los jóvenes volar los corazones.

    11. Y vagabunda es y lujuriosa; y en casa no reposan sus pies;

    12. que algún tiempo fuera gira, y tiempo en las calles, a par de todo ángulo asecha.

    13. Luego, asiéndole, hale besado, y con desvergonzada cara habládole.

    14. «Sacrificio pacífico tengo; hoy pago mis votos.

    15. Por esto he salido a tu encuentro; deseando tu semblante, halládote.

    16. Sobre cuerdas he tendido mi lecho, de tapices cubierto de los de Egipto;

    17. he rociado mi cama con azafrán; mi casa, con cinamomo,

    18. ven y gocemos de amistad hasta la aurora; ¡acá! y revolvámonos en amor;

    19. pues no está mi marido en casa; se ha marchado camino largo,

    20. atado de plata tomando en su mano; después de días muchos volverá a su casa.

    21. Y le sedujo con mucho coloquio; y con lazos, los de los labios, le descaminó.

    22. Y él la siguió embaído(b) ; y, como buey al degolladero es llevado; y como perro a cadenas;

    23. o, como ciervo de flecha herido en el hígado; y se apresura como pájaro al lazo; no sabiendo que por el alma corre.

    24. Ahora, pues, hijo, óyeme, y atiende a las palabras de mi boca:

    25. no decline a las vías de ella tu corazón, y no vagues en sus sendas

    26. pues a muchos hiriendo ha derribado, e innumerables son los que ha matado;

    27. caminos de infierno, su casa, que bajan a las cámaras de la muerte.