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sábado, agosto 24, 2024
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    Salmos 78 - La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy

    Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel Masquil de Asaf.

    1. Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; Inclinen ustedes su oído a las palabras de mi boca.

    2. En parábolas abriré mi boca; Hablaré enigmas de la antigüedad,

    3. Que hemos oído y conocido, Y que nuestros padres nos han contado.

    4. No lo ocultaremos a sus hijos, Sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, Su poder y las maravillas que hizo.

    5. Porque El estableció un testimonio en Jacob, Y puso una ley en Israel, La cual ordenó a nuestros padres Que enseñaran a sus hijos,

    6. Para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer, Y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos,

    7. Para que ellos pusieran su confianza en Dios, Y no se olvidaran de las obras de Dios Sino que guardaran Sus mandamientos;

    8. Y que no fueran como sus padres, Una generación porfiada y rebelde, Generación que no preparó su corazón, Y cuyo espíritu no fue fiel a Dios.

    9. Los hijos de Efraín eran arqueros bien equipados, Pero volvieron las espaldas el día de la batalla.

    10. No guardaron el pacto de Dios Y rehusaron andar en Su ley;

    11. Olvidaron Sus obras Y los milagros que les había mostrado.

    12. El hizo maravillas en presencia de sus padres, En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

    13. Dividió el mar y los hizo pasar, Y contuvo las aguas como en un montón.

    14. Después los guió de día con la nube Y toda la noche con un resplandor de fuego.

    15. Partió las rocas en el desierto, Y les dio agua tan abundante como las profundidades del océano;

    16. Hizo salir corrientes de la peña E hizo descender aguas como ríos.

    17. Pero aún siguieron pecando contra El, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto.

    18. Y en sus corazones tentaron a Dios, Pidiendo comida a su gusto.

    19. Hablaron contra Dios, Y dijeron: "¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto?

    20. Entonces El golpeó la roca y brotaron aguas, Y torrentes se desbordaron; ¿Podrá también dar pan? ¿Proveerá carne para Su pueblo?"

    21. Por tanto, al oírlo, el SEÑOR se indignó; Un fuego se encendió contra Jacob, Y aumentó también la ira contra Israel,

    22. Porque no creyeron en Dios, Ni confiaron en Su salvación.

    23. Sin embargo, dio órdenes a las nubes arriba, Y abrió las puertas de los cielos;

    24. Hizo llover sobre ellos maná para comer, Y les dio comida del cielo.

    25. Pan de ángeles comió el hombre; Dios les mandó comida hasta saciarlos.

    26. Hizo soplar en el cielo el viento del este, Y con Su poder dirigió el viento del este,

    27. El hizo llover sobre ellos carne como polvo, Aladas aves como arena de los mares,

    28. Y las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus viviendas.

    29. Comieron y quedaron bien saciados, Y les concedió su deseo.

    30. Antes de que hubieran satisfecho su deseo, Mientras la comida aún estaba en su boca,

    31. La ira de Dios se alzó contra ellos Y mató a algunos de los más robustos, Y subyugó a los escogidos de Israel.

    32. A pesar de todo esto, todavía pecaron Y no creyeron en Sus maravillas.

    33. El, pues, hizo terminar sus días en vanidad, Y sus años en terror súbito.

    34. Cuando los hería de muerte, entonces Lo buscaban, Y se volvían y buscaban con diligencia a Dios;

    35. Se acordaban de que Dios era su Roca, Y el Dios Altísimo su Redentor.

    36. Pero con su boca Lo engañaban Y con su lengua Le mentían.

    37. Pues su corazón no era leal para con El, Ni eran fieles a Su pacto.

    38. Pero El, siendo compasivo, perdonaba sus iniquidades y no los destruía; Muchas veces contuvo Su ira, Y no despertó todo Su furor.

    39. Se acordaba de que ellos eran carne, Un soplo que pasa y no vuelve.

    40. ¡Cuántas veces se rebelaron contra El en el desierto, Y Lo entristecieron en las soledades!

    41. Tentaron a Dios una y otra vez, Y afligieron al Santo de Israel.

    42. No se acordaron de Su poder, Del día que los redimió del adversario,

    43. Cuando hizo Sus señales en Egipto, Y Sus prodigios en el campo de Zoán.

    44. Convirtió en sangre sus ríos Y sus corrientes, y no pudieron beber.

    45. Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían.

    46. Entregó también sus cosechas al saltamontes, Y el fruto de su trabajo a la langosta.

    47. Destruyó sus viñas con granizo, Y sus sicómoros con escarcha.

    48. Entregó también al granizo sus ganados, Y sus rebaños a los rayos.

    49. Envió sobre ellos el ardor de Su ira, Furia, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores.

    50. Preparó senda para Su ira; No libró sus almas de la muerte, Sino que entregó sus vidas a la plaga,

    51. E hirió a todos los primogénitos en Egipto, Las primicias de su virilidad en las tiendas de Cam.

    52. Pero a Su pueblo lo sacó como a ovejas, Como a rebaño los condujo en el desierto;

    53. Los guió con seguridad, de modo que no temieron, Pero el mar se tragó a sus enemigos.

    54. Los trajo, pues, a Su tierra santa, A esta tierra montañosa que Su diestra había adquirido.

    55. Y expulsó a las naciones de delante de ellos; Las repartió con medida por herencia, E hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.

    56. Sin embargo ellos pusieron a prueba y provocaron al Dios Altísimo, Y no guardaron Sus testimonios,

    57. Sino que se volvieron atrás y fueron desleales como sus padres; Se desviaron como arco engañoso.

    58. Lo provocaron con sus lugares altos, Y despertaron Sus celos con sus imágenes talladas.

    59. Al oírlo Dios, se indignó, Y aborreció a Israel en gran manera.

    60. Abandonó la morada en Silo, La tienda que había levantado entre los hombres,

    61. Y entregó al cautiverio Su poderío, Y Su gloria en manos del adversario.

    62. Entregó también Su pueblo a la espada, Y se indignó contra Su heredad.

    63. El fuego consumió a sus jóvenes, Y no tuvieron canciones de bodas sus vírgenes.

    64. Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no pudieron llorar.

    65. Entonces despertó el Señor como de un sueño, Como guerrero vencido por el vino,

    66. E hizo retroceder a Sus adversarios, Poniendo sobre ellos una afrenta perpetua.

    67. Desechó también la tienda de José, Y no escogió a la tribu de Efraín,

    68. Sino que escogió a la tribu de Judá, Al Monte Sion que El amaba.

    69. Y edificó Su santuario como las alturas, Como la tierra que ha fundado para siempre.

    70. Escogió también a David Su siervo, Lo tomó de entre los rediles de las ovejas;

    71. Lo trajo de cuidar las ovejas con sus corderitos, Para pastorear a Jacob, Su pueblo, Y a Israel, Su heredad.

    72. Y él los pastoreó según la integridad de su corazón, Y los guió con la destreza de sus manos.