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    2 Reyes 2 - Nueva Versión Internacional 1999

    Eliseo sucede a Elías

    1. Elías llevado al cielo Cuando se acercaba la hora en que el Señor se llevaría a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo salieron de Guilgal.

    2. Entonces Elías le dijo a Eliseo: -Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado a Betel. Pero Eliseo le respondió: -Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Betel.

    3. Allí los miembros de la comunidad de profetas de Betel salieron a recibirlos, y le preguntaron a Eliseo: -¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro, y a dejarte sin guía? -Lo sé muy bien; ¡cállense!

    4. Elías, por su parte, volvió a decirle: -Quédate aquí, Eliseo, pues el Señor me ha enviado a Jericó. Pero Eliseo le repitió: -Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo. Así que fueron juntos a Jericó.

    5. También allí los miembros de la comunidad de profetas de la ciudad se acercaron a Eliseo y le preguntaron: -¿Sabes que hoy el Señor va a quitarte a tu maestro, y a dejarte sin guía? -Lo sé muy bien; ¡cállense!

    6. Una vez más Elías le dijo: -Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado al Jordán. Pero Eliseo insistió: -Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo. Así que los dos siguieron caminando

    7. y se detuvieron junto al río Jordán. Cincuenta miembros de la comunidad de profetas fueron también hasta ese lugar, pero se mantuvieron a cierta distancia, frente a ellos.

    8. Elías tomó su manto y, enrollándolo, golpeó el agua. El río se partió en dos, de modo que ambos lo cruzaron en seco.

    9. Al cruzar, Elías le preguntó a Eliseo: -¿Qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado? -Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble[a] -respondió Eliseo.

    10. -Has pedido algo difícil -le dijo Elías-, pero si logras verme cuando me separen de tu lado, te será concedido; de lo contrario, no.

    11. Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino.

    12. Eliseo, viendo lo que pasaba, se puso a gritar: «¡Padre mío, padre mío, carro y fuerza conductora de Israel!» Pero no volvió a verlo. Entonces agarró su ropa y la rasgó en dos.

    13. Luego recogió el manto que se le había caído a Elías y, regresando a la orilla del Jordán,

    14. golpeó el agua con el manto y exclamó: «¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos, y Eliseo cruzó.

    15. Los profetas de Jericó, al verlo, exclamaron: «¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!» Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, rostro en tierra.

    16. -Mira -le dijeron-, aquí se encuentran, entre nosotros tus servidores, cincuenta hombres muy capaces, que pueden ir a buscar a tu maestro. Quizás el Espíritu del Señor lo tomó y lo arrojó en algún monte o en algún valle. -No -respondió Eliseo-, no los manden.

    17. Pero ellos insistieron tanto que él se sintió incómodo[b] y por fin les dijo: -Está bien, mándenlos. Así que enviaron a cincuenta hombres, los cuales buscaron a Elías durante tres días, pero no lo encontraron.

    18. Cuando regresaron a Jericó, donde se había quedado Eliseo, él les reclamó: -¿No les advertí que no fueran?

    19. Eliseo purifica el agua Luego, los habitantes de la ciudad le dijeron a Eliseo: -Señor, como usted puede ver, nuestra ciudad está bien ubicada, pero el agua es mala, y por eso la tierra ha quedado estéril.

    20. -Tráiganme una vasija nueva, y échenle sal -les ordenó Eliseo. Cuando se la entregaron,

    21. Eliseo fue al manantial y, arrojando allí la sal, exclamó: -Así dice el Señor: “¡Yo purifico esta agua para que nunca más cause muerte ni esterilidad!”

    22. A partir de ese momento, y hasta el día de hoy, el agua quedó purificada, según la palabra de Eliseo.

    23. Eliseo maldice a los burlones De Jericó, Eliseo se dirigió a Betel. Iba subiendo por el camino cuando unos muchachos salieron de la ciudad y empezaron a burlarse de él. «¡Anda, viejo calvo! -le gritaban-. ¡Anda, viejo calvo!»

    24. Eliseo se volvió y, clavándoles la vista, los maldijo en el nombre del Señor. Al instante, dos osas salieron del bosque y despedazaron a cuarenta y dos muchachos.

    25. De allí, Eliseo se fue al monte Carmelo; y luego regresó a Samaria.