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    2 Reyes 20 - Nueva Versión Internacional 1999

    Enfermedad de Ezequías

    1. Enfermedad de Ezequías 20:1-11-2Cr 32:24-26; Is 38:1-8 Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás.”»

    2. Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó al Señor:

    3. «Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró amargamente.

    4. No había salido Isaías del patio central, cuando le llegó la palabra del Señor:

    5. «Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.

    6. Voy a darte quince años más de vida. Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad por mi causa y por consideración a David mi siervo.”»

    7. Entonces Isaías dijo: «Preparen una pasta de higos.» Así lo hicieron; luego se la aplicaron al rey en la llaga, y se recuperó.

    8. Ezequías le había preguntado al profeta: -¿Qué señal recibiré de que el Señor me sanará, y de que en tres días podré subir a su templo?

    9. Isaías le contestó: -Ésta es la señal que te dará el Señor para confirmar lo que te ha prometido: la sombra ha avanzado diez gradas; ¿podrá retroceder diez?

    10. -Es fácil que la sombra se alargue diez gradas -replicó Ezequías-, pero no que vuelva atrás.

    11. Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera diez gradas en la escala de Acaz.

    Ezequías recibe a los enviados de Babilonia

    12. Mensajeros de Babilonia 20:12-19-Is 39:1-8 20:20-21-2Cr 32:32-33 En aquel tiempo Merodac[k] Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo.

    13. Ezequías se alegró[l] al recibir esto, y les mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.

    14. Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: -¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron? -De un país lejano -respondió Ezequías-. Vinieron a verme desde Babilonia.

    15. -¿Y qué vieron en tu palacio? -preguntó el profeta. -Vieron todo lo que hay en él -contestó Ezequías-. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.

    16. Entonces Isaías le dijo: -Oye la palabra del Señor:

    17. Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada -dice el Señor-.

    18. Y algunos de tus hijos y de tus descendientes serán llevados para servir como eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

    19. -El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno -respondió Ezequías. Y es que pensaba: «Al menos mientras yo viva, sin duda que habrá paz y seguridad.»

    Muerte de Ezequías

    20. Los demás acontecimientos del reinado de Ezequías, y todo su poderío y cómo construyó el estanque y el acueducto que llevaba agua a la ciudad, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.

    21. Ezequías murió, y su hijo Manasés lo sucedió en el trono.