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    Ester 6 - Nueva Versión Internacional 1999

    Amán se ve obligado a honrar a Mardoqueo

    1. Exaltación de Mardoqueo Aquella noche el rey no podía dormir, así que mandó que le trajeran las crónicas reales -la historia de su reino-y que se las leyeran.

    2. Allí constaba que Mardoqueo había delatado a Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, miembros de la guardia, que habían tramado asesinar al rey Asuero.

    3. -¿Qué honor o reconocimiento ha recibido Mardoqueo por esto? -preguntó el rey. -No se ha hecho nada por él -respondieron sus ayudantes personales.

    4. Amán acababa de entrar en el patio exterior del palacio para pedirle al rey que empalara a Mardoqueo en la estaca que había mandado levantar para él. Así que el rey preguntó: -¿Quién anda en el patio?

    5. Sus ayudantes respondieron: -El que anda en el patio es Amán. -¡Que pase! -ordenó el rey.

    6. Cuando entró Amán, el rey le preguntó: -¿Cómo se debe tratar al hombre a quien el rey desea honrar? Entonces Amán dijo para sí: «¿A quién va a querer honrar el rey sino a mí?»

    7. Así que contestó: -Para el hombre a quien el rey desea honrar,

    8. que se mande traer una vestidura real que el rey haya usado, y un caballo en el que haya montado y que lleve en la cabeza un adorno real.

    9. La vestidura y el caballo deberán entregarse a uno de los funcionarios más ilustres del rey, para que vista al hombre a quien el rey desea honrar, y que lo pasee a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: “¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!”

    10. -Ve de inmediato -le dijo el rey a Amán-, toma la vestidura y el caballo, tal como lo has sugerido, y haz eso mismo con Mardoqueo, el judío que está sentado a la puerta del rey. No descuides ningún detalle de todo lo que has recomendado.

    11. Así que Amán tomó la vestidura y el caballo, vistió a Mardoqueo y lo llevó a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: «¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!»

    12. Después Mardoqueo volvió a la puerta del rey. Pero Amán regresó apurado a su casa, triste y tapándose la cara.

    13. Y les contó a Zeres, su esposa, y a todos sus amigos todo lo que le había sucedido. Entonces sus consejeros y su esposa Zeres le dijeron: -Si Mardoqueo, ante quien has comenzado a caer, es de origen judío, no podrás contra él. ¡Sin duda acabarás siendo derrotado!

    14. Mientras todavía estaban hablando con Amán, llegaron los eunucos del rey y lo llevaron de prisa al banquete ofrecido por Ester.