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domingo, agosto 18, 2024
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    Mateo 21 - Nueva Versión Internacional 1999

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. La entrada triunfal 21:1-9-Mr 11:1-10; Lc 19:29-38 21:4-9-Jn 12:12-15 Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos

    2. con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente, y ahí mismo encontrarán una burra atada, y un burrito con ella. Desátenlos y tráiganmelos.

    3. Si alguien les dice algo, díganle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá.»

    4. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta:

    5. «Digan a la hija de Sión: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.”»[g]

    6. Los discípulos fueron e hicieron como les había mandado Jesús.

    7. Llevaron la burra y el burrito, y pusieron encima sus mantos, sobre los cuales se sentó Jesús.

    8. Había mucha gente que tendía sus mantos sobre el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las esparcían en el camino.

    9. Tanto la gente que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: -¡Hosanna[h] al Hijo de David! -¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![i] -¡Hosanna en las alturas!

    10. Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. -¿Quién es éste? -preguntaban.

    11. -Éste es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea -contestaba la gente.

    Purificación del templo

    12. Jesús en el templo 21:12-16-Mr 11:15-18; Lc 19:45-47 Jesús entró en el templo[j] y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.

    13. «Escrito está -les dijo-: “Mi casa será llamada casa de oración”;[k] pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones”.[l] »

    14. Se le acercaron en el templo ciegos y cojos, y los sanó.

    15. Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron.

    16. -¿Oyes lo que ésos están diciendo? -protestaron. -Claro que sí -respondió Jesús-; ¿no han leído nunca: »“En los labios de los pequeños y de los niños de pecho has puesto la perfecta alabanza”?[m]

    17. Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.

    Maldición de la higuera estéril

    18. Se seca la higuera 21:18-22-Mr 11:12-14, 20-24 Muy de mañana, cuando volvía a la ciudad, tuvo hambre.

    19. Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. -¡Nunca más vuelvas a dar fruto! -le dijo. Y al instante se secó la higuera.

    20. Los discípulos se asombraron al ver esto. -¿Cómo es que se secó la higuera tan pronto? -preguntaron ellos.

    21. -Les aseguro que si tienen fe y no dudan -les respondió Jesús-, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará.

    22. Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.

    La autoridad de Jesús

    23. La autoridad de Jesús puesta en duda 21:23-27-Mr 11:27-33; Lc 20:1-8 Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. -¿Con qué autoridad haces esto? -lo interrogaron-. ¿Quién te dio esa autoridad?

    24. -Yo también voy a hacerles una pregunta. Si me la contestan, les diré con qué autoridad hago esto.

    25. El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de la tierra?[n] Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”

    26. Pero si decimos: “De la tierra”... tememos al pueblo, porque todos consideran que Juan era un profeta.» Así que le respondieron a Jesús:

    27. -No lo sabemos. -Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.

    Parábola de los dos hijos

    28. Parábola de los dos hijos »¿Qué les parece? -continuó Jesús-. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo.”

    29. “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue.

    30. Luego el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Éste contestó: “Sí, señor”; pero no fue.

    31. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería? -El primero -contestaron ellos. Jesús les dijo: -Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios.

    32. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.

    Los labradores malvados

    33. Parábola de los labradores malvados 21:33-46-Mr 12:1-12; Lc 20:9-19 »Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.

    34. Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, mandó sus siervos a los labradores para recibir de éstos lo que le correspondía.

    35. Los labradores agarraron a esos siervos; golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero.

    36. Después les mandó otros siervos, en mayor número que la primera vez, y también los maltrataron.

    37. »Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!”

    38. Pero cuando los labradores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Matémoslo, para quedarnos con su herencia.”

    39. Así que le echaron mano, lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.

    40. »Ahora bien, cuando vuelva el dueño, ¿qué hará con esos labradores?

    41. -Hará que esos malvados tengan un fin miserable -respondieron-, y arrendará el viñedo a otros labradores que le den lo que le corresponde cuando llegue el tiempo de la cosecha.

    42. Les dijo Jesús: -¿No han leído nunca en las Escrituras: »“La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular; esto es obra del Señor, y nos deja maravillados”?[ñ]

    43. »Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino.

    44. El que caiga sobre esta piedra quedará despedazado, y si ella cae sobre alguien, lo hará polvo.[o]

    45. Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron las parábolas de Jesús, se dieron cuenta de que hablaba de ellos.

    46. Buscaban la manera de arrestarlo, pero temían a la gente porque ésta lo consideraba un profeta.