32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    2 Corintios 2 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    1. EMPERO esto he determinado en mí, es á saber, de no venir otra vez á vosotros con tristeza.

    2. Y si yo os contristo, ¿quién será pues el que me alegrará, sino aquel á quien yo contristare?

    3. Y esto mismo os escribí, para que cuando viniere no tenga tristeza sobre tristeza por parte de los que me debiera gozar; confiando en todos vosotros que mi gozo es el de todos vosotros.

    4. Porque por la mucha tribulacion y angustia del corazon os escribí con muchas lágrimas: no para que fuéseis contristados, mas para que conociéseis cuánta mas caridad tengo para con vosotros.

    Pablo perdona al ofensor

    5. Que si alguno me contristó, no me contristó á mí sino en parte, por no cargaros á todos vosotros.

    6. Bástale al tal esta reprension hecha de muchos:

    7. para que al contrario vosotros antes le perdoneis y consoleis, porque no sea el tal consumido de demasiada tristeza.

    8. Por lo cual os ruego que confirmeis la caridad para con él.

    9. Porque tambien por este fin os escribí á vosotros, es á saber, para conocer experiencia de vosotros, si sois obedientes en todo.

    10. Y al que vosotros perdonáreis, yo tambien: porque tambien yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en persona de Cristo:

    11. para que no seamos engañados de Satanás: porque no ignoramos sus maquinaciones.

    Ansiedad de Pablo en Troas

    12. COMO vine á Troas por el Evangelio de Cristo, aunque me fué abierta puerta en el Señor,

    13. no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado á Tito mi hermano: y así despidiéndome de ellos, me partí para Macedonia.

    Triunfantes en Cristo

    14. Mas á Dios sean dadas gracias, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesus; y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar:

    15. porque por Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden:

    16. á estos ciertamente olor de muerte para muerte; y á aquellos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es bastante?

    17. Cierto no somos, como muchos, mercaderes falsos de la palabra de Dios; antes como de sinceridad, como de Dios, delante de Dios, hablamos de Cristo.