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sábado, agosto 17, 2024
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    Apocalipsis 14 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    El cántico de los 144 mil

    1. Y MIRÉ, y hé aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sion, y con él ciento y cuarenta y cuatro mil, que tenian el nombre de su Padre escrito en sus frentes.

    2. Y oí una voz del cielo como raido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañian con sus arpas:

    3. y cantaban como una cancion nueva delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podia aprender la cancion, sino aquellos ciento y cuarenta y cuatro mil, los cuales son comprados de entre los de la tierra.

    4. Estos son los que con mujeres no son contaminados: porque son vírgenes. Estos siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos son comprados de entre los hombres por primicias para Dios, y para el Cordero.

    5. Y en su boca no ha sido hallado engaño: porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.

    El mensaje de los tres ángeles

    6. Y ví otro ángel volar por en medio del cielo, que tenia el Evangelio eterno, para que evangelizase á los que moran en la tierra, y á toda gente, y tribu, y lengua, y pueblo,

    7. diciendo en alto voz: Temed á Dios, y dadle honor: porque la hora de su juicio es venida: y adorad al que ha hecho el cielo, y la tierra, la mar, y las fuentes de las aguas.

    8. Y otro ángel le siguió, diciendo: Ya ha caido: ya ha caido Babilonia, aquella gran ciudad, porque ella ha dado á beber á todas las gentes del vino de la ira de su fornicacion.

    9. Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora la bestia, y su imágen, y toma la señal en su frente, ó en su mano,

    10. este tambien beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será^ atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero.

    11. Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran la bestia, y su imágen, no tienen reposo dia y noche, y si alguno tomare la señal^ de su nombre.

    12. Aquí está la paciencia de los santos: aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fé de Jesus.

    13. Y oí una voz del cielo, que me decia: Escribe: Bienaventurados son los muertos, que de aquí adelante mueren en el Señor: tambien, dice el Espíritu, que descansan de sus trabajos, y sus obras los siguen.

    La tierra es segada

    14. Y miré, y hé aquí, una nube blanca, y sobre la nube uno asentado semejante al Hijo del hombre, que tenia en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.

    15. Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Echa tu hoz, y siega: porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está madura.

    16. Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fué segada.

    17. Y salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo tambien una hoz aguda.

    18. Y otro ángel salió del altar, el cual tenia poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenia la hoz aguda, diciendo: Echa tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra: porque están maduras sus uvas.

    19. Y el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y la envió al grande lagar de la ira de Dios.

    20. Y el lagar fué pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos por y seiscientos estadios.