Apocalipsis 5 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)El rollo y el Cordero1. Y VÍ en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito dentro y fuera, sellado con siete sellos. 2. Y ví un ángel fuerte, predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos? 3. Y ninguno podia, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarle. 4. Y yo lloraba mucho, porque no habia sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. 5. Y uno de los ancianos me dice: No llores: hé aquí, el leon de la tribu de Judá, la raiz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos. 6. Y miré: y hé aquí, en medio del trono, y de los cuatro animales, Y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como muerto, que tenia siete cuernos, y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7. Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono. 8. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales, y los veinte y cuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y redomas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos: 9. y cantaban uno nuevo cantico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos: porque tú fuiste muerto, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje, y lengua, y pueblo, y nacion: 10. y nos has hecho para nuestro Dios, reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. 11. Y miré, y oí voz de muchos ángeles al rededor del trono, y de los animales, y de los ancianos: y la multitud de ellos era millones de millones, 12. que decian en alta voz: El Cordero que fué muerto es digno de tomar potencia, y riquezas, y sabiduría, y fortaleza, y honra, y gloria, y alabanza. 13. Y oí á toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en la mar, y todas las cosas que en ellos están, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia para siempre jamás. 14. Y los cuatro animales decian: Amen. Y los veinte y cuatro ancianos cayeron las caras contra tierra, y adoraron al que vive para siempre jamás. |