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jueves, julio 18, 2024
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    Juan 4 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Jesús y la mujer samaritana

    1. DE manera que, como Jesus entendió que los Fariséos habian oido que Jesus hacia discípulos, y bautizaba mas que Juan,

    2. (aunque Jesus no bautizaba, sino sus discípulos,)

    3. dejó á Judéa, y se fué otra vez á Galiléa.

    4. Y era menester que pasase por Samaria.

    5. Vino pues á una ciudad de Samaria que se llama Sichár, junto á la heredad que Jacob dió á Joseph su hijo.

    6. Y estaba allí la fuente de Jacob. Así que Jesus, cansado del camino, así se sentó al lado de la fuente. Era como la hora de las seis.

    7. Vino una mujer de Samaria á sacar agua: y Jesus le dice: Dáme de beber.

    8. (Porque sus discípulos eran idos á la ciudad á comprar de comer.)

    9. Y la mujer Samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo Judío, me demandas á mí de beber' que soy mujer Samaritana? Porque los Judíos no se tratan con los Samaritanos.

    10. Respondió Jesus, y le dijo: Si conocieses el don de Dios, y quién es el que te dice: Dáme de beber: tu pedirias de él, y él te daria agua viva.

    11. La mujer le dice: Señor, no tienes con que sacarla, y el pozo es hondo: ¿de dónde, pues, tienes el agua viva?

    12. ¿ eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió este pozo, del cual él bebió, y sus hijos, y sus ganados?

    13. Respondió Jesus, y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed:

    14. mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él fuente de agua, que salte para vida eterna

    15. La mujer le dice: Señor, dáme esta agua, para que yo no tenga sed, m venga acá á sacarla.

    16. Jesus le dice: Vé, llama á tu marido, y vén acá.

    17. Respondió la mujer, y le dijo: No tengo marido. Dícele Jesus: Bien has dicho, que no tengo marido:

    18. porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes, no es tu marido: esto has dicho con verdad.

    19. Dícele la mujer: Señor, paréceme que tú eres profeta:

    20. nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís, que en Jerusalem es el lugar donde es menester adorar.

    21. Dícele Jesus: Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalem adorareis al Padre:

    22. vosotros adorais lo que no sabeis: nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salud viene de los Judíos:

    23. mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad: porque tambien el Padre tales adoradores busca que le adoren:

    24. Dios es Espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es menester que adoren.

    25. Dícele la mujer: Yo sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice, el Cristo: cuando él viniere, nos declarará todas las cosas.

    26. Dícele Jesus: Yo soy, que hablo contigo.

    27. Y en esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con aquella mujer: mas ninguno le dijo: ¿Qué preguntas; ó, qué hablas con ella?

    28. Entonces la mujer dejó su cántaro, y fué á la ciudad, y dijo á aquellos hombres:

    29. Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho: ¿si es quizá el Cristo?

    30. Entonces salieron de la ciudad, y vinieron á él.

    31. Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabbí, come.

    32. Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabeis.

    33. Entonces los discípulos decian el uno al otro: ¿Si le ha traido alguien de comer?

    34. Díceles Jesus: Mi comida es, que yo haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.

    35. ¿No decís vosotros que aun hay cuatro meses hasta la siega? Hé aquí, yo os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad las regiones: porque ya están blancas para la siega.

    36. Y el que siega recibe salario, y allega fruto para vida eterna: para que el que siembra tambien goce, y el que siega.

    37. Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega.

    38. Yo os he enviado á segar lo que vosotros no labrasteis: otros labraron, y vosotros habeis entrado en sus labores.

    39. Y muchos de los Samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo: Que me dijo todo lo que he hecho.

    40. Mas viniendo los Samaritanos á él, le rogaron que se quedase allí: y se quedó allí dos dias.

    41. Y creyeron muchos mas por la palabra de él.

    42. Y decian á la mujer: Que ya no creemos por tu dicho: porque nosotros mismos hemos oido, y sabemos, que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.

    Jesús sana al hijo de un noble

    43. Y dos dias despues salió de allí, y se fué á Galiléa.

    44. Porque el mismo Jesus dió testimonio: Que el profeta en su tierra no tiene honra.

    45. Y como vino á Galiléa, los Galiléos le recibieron, vistas todas las cosas que habia hecho en Jerusalem en el dia de la fiesta: porque tambien ellos habian venido al dia de la fiesta.

    46. Vino pues Jesus otra vez á Caná de Galiléa, donde habia hecho el vino del agua: y habia en Capharnaum uno del rey, cuyo hijo estaba enfermo.

    47. Este, como oyó que Jesus venia de Judéa en Galiléa, fué á él, y le rogaba que descendiese, y sanase su hijo: porque se comenzaba á morir.

    48. Entonces Jesus le dijo: Si no viéreis señales y milagros, no creereis.

    49. El del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.

    50. Dícele Jesus: Vé, tu hijo vive. Creyó el hombre á la palabra que Jesus le dijo, y se fué.

    51. Y viniendo ya él, los siervos le salieron á recibir, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.

    52. Entonces él les preguntó á qué hora comenzó á estar mejor; y le dijeron: Ayer á las siete le dejó la fiebre.

    53. El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesus le dijo: Tu hijo vive: y creyó él, y toda su casa.

    54. Esta segunda señal volvió Jesus á hacer cuando vino de Judéa á Galiléa.