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jueves, julio 18, 2024
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    Juan 6 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Alimentación de los cinco mil

    1. PASADAS estas cosas, se fué Jesus de la otra parte de la mar de Galiléa, que es de Tiberias.

    2. Y seguíale grande multitud, porque veian sus señales que hacia en los enfermos.

    3. Subió pues Jesus á un monte, y estuvo allí con sus discípulos.

    4. Y estaba cerca la Pascua, el dia de la fiesta de los Judíos.

    5. Y como alzó Jesus los ojos, y vió que habia venido á él grande multitud, dice á Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos?

    6. Mas esto decia tentándole: porque él sabia lo que habia de hacer.

    7. Respondióle Felipe: Doscientos dineros de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un poco.

    8. Dícele uno de sus discípulos, Andres, hermano de Simon Pedro:

    9. Un muchacho está aquí que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos: ¿mas qué es esto entre tantos?

    10. Entonces Jesus dijo: Haced recostar la gente. Y habia mucha yerba en aquel lugar; y recostáronse como número de cinco mil varones.

    11. Y tomó Jesus aquellos panes, y habiendo hecho gracias, repartió á los discípulos, y los discípulos á los que estaban recostados: asimismo de los panes cuanto querian.

    12. Y como fueron hartos, dijo á sus discípulos: Coged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada.

    13. Cogieron pues, y llenaron doce esportones de pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron á los que habian comido.

    14. Aquellos hombres entonces, como vieron la señal que Jesus habia hecho, decian: Que este verdaderamente es el Profeta, que habia de venir al mundo.

    15. Y entendiendo Jesus que habian de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió á huirse al monte él solo.

    Jesús anda sobre el mar

    16. Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos á la mar,

    17. y entrando en un navío, venian de la otra parte de la mar hácia Capharnaum. Y era ya oscuro, y Jesus no habia venido á ellos.

    18. Y la mar se comenzó á levantar con un gran viento.

    19. Y como hubieron navegado como veinte y cinco, ó treinta estadios, ven á Jesus que andaba sobre la mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo.

    20. Mas él les dijo: Yo soy: no tengais miedo.

    21. Y ellos le recibieron de buena gana en el navío, y luego el navío llegó á la tierra donde iban.

    La gente busca a Jesús

    22. El dia siguiente la compañía que estaba de la otra parte de la mar, como vió que no habia allí otra navecilla sino una, en la cual se habian entrado sus discípulos, y que Jesus no habia entrado con sus discípulos en el navío, mas que sus discípulos solos se habian ido;

    23. y que otras navecillas habian arribado de Tiberias, junto al lugar donde habian comido el pan, despues de haber el Señor hecho gracias;

    24. como vió pues la compañía que Jesus no estaba allí, ni sus discípulos, entraron ellos tambien en las navecillas, y vinieron á Capharnaum buscando á Jesus.

    Jesús, el pan de vida

    25. Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: ¿Rabbí, cuándo llegaste acá?

    26. Respondióles Jesus, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que me buscais, no por las señales que habeis visto, mas por el pan que comisteis, y os hartasteis.

    27. Obrad, no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á este señaló el Padre, es á saber, Dios.

    28. Y le dijeron: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?

    29. Respondió Jesus, y les dijo: Esta es la obra de Dios, es á saber, que creais en el que él envió.

    30. Dijéronle entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿qué obras?

    31. nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dió á comer.

    32. Y Jesus les dijo: De cierto, de cierto os digo, que no os dió Moisés pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo:

    33. porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo, y da vida al mundo.

    34. Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan.

    35. Y Jesus les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre: y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

    36. Mas ya os he dicho, que aunque me habeis visto, no me creeis.

    37. Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que á mí viene no le echo fuera.

    38. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, mas la voluntad de aquel que me envió.

    39. Y esta es la voluntad de aquel que me envió, es á saber, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, mas que lo resucite en el dia postrero.

    40. Y esta es la voluntad de aquel que me envió: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el dia postrero.

    41. Murmuraban entonces de él los Judíos, porque habia dicho: Yo soy el pan que descendí del cielo.

    42. Y decian: ¿No es este Jesus, el hijo de Joseph, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿cómo pues dice este: Que del cielo he descendido?

    43. Y Jesus respondió, y les dijo: No murmureis entre vosotros.

    44. Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió, no le trajere; y yo le resucitaré en el dia postrero.

    45. Escrito está en los Profetas: Y serán todos enseñados de Dios; así que todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.

    46. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, este ha visto al Padre.

    47. De cierto, de cierto os digo, que el que cree en mí, tiene vida eterna.

    48. Yo soy el pan de vida.

    49. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.

    50. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.

    51. Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo: si alguno comiere de este pan vivirá para siempre: y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

    52. Entonces los Judíos contendian entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos su carne á comer?

    53. Y Jesus les dijo: De cierto, de cierto os digo, que si no comiéreis la carne del Hijo del hombre, y bebiéreis su sangre, no tendreis vida en vosotros.

    54. El que come mi carne, y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el dia postrero.

    56. El que come mi carne, y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

    57. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, así tambien el que me come, él tambien vivirá por mí.

    58. Este es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente.

    59. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capharnaum.

    Palabras de vida eterna

    60. Y muchos de sus discípulos oyéndole, dijeron: Dura es esta palabra, ¿y quién la puede oir?

    61. Y sabiendo Jesus en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?

    62. ¿Pues qué será, si viéreis al Hijo del hombre que sube donde estaba primero?

    63. El espíritu es el que da vida: la carne á nada aprovecha: las palabras que yo os hablo, espíritu son, y vida son.

    64. Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesus desde el principio sabia quiénes eran los que no habian de creer, y quién le habia de entregar.

    65. Y decia: Por eso os he dicho: Que ninguno puede venir á mí, si no le fuere dado de mi Padre.

    66. Desde esto muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

    67. Dijo entonces Jesus á los doce: ¿Quereis vosotros iros tambien?

    68. Y respondióle Simon Pedro: ¿Señor, á quién iremos? tienes palabras de vida eterna:

    69. y nosotros creemos y conocemos, que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.

    70. Jesus les respondió: ¿No os he yo escogido doce, y el uno de vosotros es diablo?

    71. Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simon: porque este era el que le habia de entregar, el cual era uno de los doce.