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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 24 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Jesús predice la destrucción del templo

    1. Y SALIDO Jesus del templo, íbase; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo.

    2. Y respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra sobre piedra que no sea destruida.

    Señales antes del fin

    3. Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á el sus discípulos aparte, diciendo: Dínos cuando serán estas cosas, y qué seña habrá de tu venida, y del fin del siglo.

    4. Y respondiendo Jesus, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

    5. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y á muchos engañarán.

    6. Y oireis guerras y rumores de guerras: mirad que no os turbeis: porque es menester que todo esto acontezca: mas aun no es el fin.

    7. Porque se levantará nacion contra nacion, y reino contra reino; y serán pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.

    8. Y todas estas cosas, principio de dolores.

    9. Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y sereis aborrecidos de todas naciones, por causa de mi nombre.

    10. Y muchos entonces serán escandalizados; y se entregarán unos á otros, y unos á otros se aborrecerán.

    11. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán á muchos.

    12. Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.

    13. Mas el que perseverare hasta el fin, este será salvo.

    14. Y será predicado este evangelio del reino en toda la tierra habitable, por testimonio á todas las naciones, y entonces vendrá el fin.

    15. Por tanto cuando viéreis la abominacion del asolamiento, que fué dicha por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, el que lee, entienda.

    16. Entonces los que estuvieren en Judéa, huyan á los montes;

    17. y el que sobre la techumbre, no descienda á tomar algo de su casa;

    18. y el que en el campo, no vuelva otra vez á tomar sus ropas.

    19. Mas ¡ay de las preñadas, y de las que crian en aquellos dias!

    20. Orad pues que vuestra huida no sea en invierno, ni en dia de fiesta.

    21. Porque habrá entonces grande afliccion, cual no fué desde el principio del mundo hasta ahora, ni será.

    22. Y si aquellos dias no fuesen acortados, ninguna carne seria salva: mas por causa de los escogidos, aquellos dias serán acortados.

    23. Entonces, si alguno os dijere: Hé aquí, está el Cristo, ó allí; no creais.

    24. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas; y darán señales grandes y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, aun á los escogidos.

    25. Hé aquí, os lo he dicho antes.

    26. Así que si os dijeren: Hé aquí, en el desierto está; no salgais. Hé aquí, en las cámaras; no creais.

    27. Porque como relámpago que sale del oriente, y se muestra hasta el occidente, así será tambien la venida del Hijo del hombre.

    28. Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán tambien las águilas.

    La venida del Hijo del Hombre

    29. Y luego despues de la afliccion de aquellos dias, el sol se oscurecerá; y la luna no dará su lumbre; y las estrellas caerán del cielo; y las virtudes de los cielos serán conmovidas.

    30. Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra; y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.

    31. Y enviará sus ángeles con trompeta y gran voz; y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, del un cabo del cielo hasta el otro.

    32. Del árbol de la higuera aprended la comparacion: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabeis que el verano está cerca.

    33. Así tambien vosotros, cuando viéreis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas.

    34. De cierto os digo, que no pasará esta edad, que todas estas cosas no acontezcan.

    35. El cielo y la tierra perecerán, mas mis palabras no perecerán.

    36. Mas del dia ó hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.

    37. Mas como los dias de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.

    38. Porque como eran en los dias del diluvio comiendo y bebiendo, tomando mujeres los maridos, y dándolas los padres, hasta el dia que Noé entró en el arca,

    39. y no conocieron hasta que vino el diluvio, y llevó á todos: así será tambien la venida del Hijo del hombre.

    40. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado, y otro será dejado:

    41. dos mujeres moliendo á un molinillo; la una será tomada, y la otra será dejada.

    42. Velad pues, porque no sabeis á que hora ha de venir vuestro Señor.

    43. Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese á cual vela el ladron habia de venir, velaria, y no dejaria minar su casa.

    44. Por tanto tambien vosotros estad apercibidos: porque el Hijo del Hombre ha de venir á la hora que no pensais.

    45. ¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual el Señor puso sobre su familia, para que dé alimento al tiempo?

    46. Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su Señor viniere, le hallare haciendo así.

    47. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

    48. Y si aquel siervo malo dijere en su corazon: Mi Señor se tarda de venir;

    49. y comenzare á herir sus compañeros, y aun á comer y beber con los borrachos:

    50. vendrá el Señor de aquel siervo el dia que él no espera, y á la hora que él no sabe,

    51. y le apartará, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro, y el crujir de dientes.