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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 9 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)

    Jesús sana a un paralítico

    1. ENTONCES entrando en el navío, pasó de la otra parte, y vino á su ciudad.

    2. Y, hé aquí, le trajeron un paralítico echado en una cama: y viendo Jesus la fé de ellos, dijo al paralítico: Confia, hijo; tus pecados te son perdonados.

    3. Y, hé aquí, algunos de los escribas decian dentro de sí: Este blasfema.

    4. Y viendo Jesus sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensais mal en vuestros corazones?

    5. ¿cuál es mas fácil, decir: los pecados te son perdonados; ó decir: Levántate, y anda?

    6. mas porque sepais que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y véte á tu casa.

    7. Entonces él se levantó, y se fué á su casa.

    8. Y las compañías viéndolo, se maravillaron, y glorificaron á Dios, que hubiese dado tal potestad á hombres.

    Llamamiento de Mateo

    9. Y PASANDO Jesus de allí, vió á un hombre, que estaba sentado al banco de los públicos tributos, el cual se llamaba Matéo, y dícele: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.

    10. Y aconteció que estando él sentado á la mesa en casa, hé aquí que muchos publicanos y pecadores, que habian venido, se sentaron juntamente á la mesa con Jesus y sus discípulos.

    11. Y viendo esto los Fariséos, dijeron á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

    12. Y oyéndolo Jesus, les dijo: los que están sanos, no tienen necesidad de médico; sino los enfermos.

    13. Andad, antes aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: Porque no he venido á llamar los justos, sino los pecadores á penitencia.* * A enmienda, á conversion.

    La pregunta sobre el ayuno

    14. Entonces los discípulos de Juan vienen á él, diciendo: ¿Por qué nosotros y los Fariséos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?

    15. Y les dijo Jesus: ¿Pueden los que son de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Mas vendrán dias, cuando el esposo será quitado de ellos, y entonces ayunarán.

    16. Y nadie echa remiendo de paño recio en vestido viejo: porque el tal remiendo tira del vestido, y se hace peor rotura.

    17. Ni echan vino nuevo en cueros viejos: de otra manera los cueros se rompen, y el vino se derrama, y se pierden los cueros: mas echan el vino nuevo en cueros nuevos; y lo uno y lo otro se conserva juntamente.

    La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

    18. HABLANDO él estas cosas á ellos, hé aquí, un principal vino, y le adoró, diciendo: Mi hija es muerta poco há: mas ven, y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

    19. Y se levantó Jesus, y le siguió, y sus discípulos.

    20. Y, hé aquí, una mujer enferma de flujo de sangre doce años habia, llegándose por detrás, tocó la fimbria de su vestido:

    21. porque decia entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre.

    22. Mas Jesus volviéndose, y mirándola, dijo: Confia, hija, tu fé te ha librado. Y la mujer fué libre desde aquella hora.

    23. Y venido Jesus á casa del principal, viendo los tañedores de flautas, y la compañía que hacia bullicio,

    24. díceles: Apartáos, que la moza no es muerta; mas duerme. Y se burlaban de él.

    25. Y como la compañía fué echada fuera, entró, y la tomó de la mano; y la moza se levantó.

    26. Y salió esta fama por toda aquella tierra.

    Dos ciegos reciben la vista

    27. Y pasando Jesus de allí, le siguieron dos ciegos dando voces, y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David.

    28. Y venido á casa, vinieron á él los ciegos; y Jesus les dice: ¿Creeis que puedo hacer esto? Ellos dicen: Sí, Señor.

    29. Entonces tocó los ojos de ellos, diciendo: Conforme á vuestra fé os sea hecho.

    30. Y los ojos de ellos fueron abiertos; y Jesus les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad, nadie lo sepa.

    31. Mas ellos salidos, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

    Un mudo habla

    32. Y saliendo ellos, hé aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado.

    33. Y echado fuera el demonio, el mudo habló. Y las compañías se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israél.

    34. Mas los Fariséos decian: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

    La mies es mucha

    35. Y RODEABA Jesus por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad, y toda flaqueza en el pueblo.

    36. Y viendo las compañías, tuvo misericordia de ellas: que eran derramados y esparcidos, como ovejas que no tienen pastor.

    37. Entonces dice á sus discípulos: A la verdad la mies es mucha: mas los obreros, pocos:

    38. rogad pues al Señor de la mies, que envie obreros á su mies.