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    Jeremías 34 - Reina Valera 1862

    Jeremías amonesta a Sedequías

    1. PALABRA que fué a Jeremías de Jehová, (cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército, y todos los reinos de la tierra del señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalem, y contra todas sus ciudades,) diciendo.

    2. Así dijo Jehová Dios de Israel: Vé, y habla, a Sedecías, rey de Judá, y díle: Así dijo Jehová: He aquí que yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y encenderla ha a fuego.

    3. Y tú no escaparás de su mano, mas de cierto serás preso, y en su mano serás entregado, y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y su boca hablará a tu boca, y en Babilonia entrarás.

    4. Con todo eso oye palabra de Jehová, Sedecías, rey de Judá: Así dijo Jehová de tí: No morirás a cuchillo:

    5. En paz morirás, y conforme las quemas de tus padres, los reyes primeros, que fueron ántes de tí, así quemarán por tí, y ¡Ay Señor! te endecharán; porque yo hablé palabra, dijo Jehová.

    6. Y habló Jeremías profeta a Sedecías, rey de Judá, todas estas palabras en Jerusalem.

    7. Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalem, y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis, y contra Azeca; porque de las ciudades fuertes de Judá estas habían quedado.

    8. Palabra que fué a Jeremías de Jehová, después que Sedecías hizo concierto con todo el pueblo en Jerusalem, para denunciarles libertad:

    9. Que cada uno dejase su siervo, y cada uno su sierva, Hebreo y Hebrea, libres, que ninguno usase de los Judíos sus hermanos como de siervos.

    10. Y oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo, que habían venido en el concierto, para dejar cada uno su siervo, y cada uno su sierva libres, que ninguno usase más de ellos como de siervos: oyeron, y dejáronlos.

    11. Mas después se arrepintieron, y tornaron los siervos y las siervas que habían dejado libres, y sujetáronlos por siervos y por siervas.

    12. Y fué palabra de Jehová a Jeremías de por Jehová, diciendo:

    13. Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice concierto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos, diciendo:

    14. Al cabo de siete años dejaréis cada uno su hermano Hebreo, que te fuere vendido; y servirte ha seis años, y enviarle has de tí libre; y vuestros padres no me oyeron, ni abajaron su oreja.

    15. Y os habíais convertido hoy, y habíais hecho lo recto delante de mis ojos, pregonando cada uno libertad a su prójimo, y habíais hecho concierto en mi presencia, en la casa sobre la cual es llamado mi nombre.

    16. Y os tornasteis, y contaminasteis mi nombre, y tornasteis a tomar cada uno su siervo, y cada uno su sierva, que habíais dejado libres a su voluntad; y los sujetasteis para que os sean siervos, y siervas.

    17. Por tanto así dijo Jehová: Vosotros no me oisteis a mí, para que pregonaseis libertad cada uno a su hermano, y cada uno a su compañero: he aquí que yo os pregono libertad, dijo Jehová, a espada, y a pestilencia, y a hambre; y poneros he por espanto a todos los reinos de la tierra.

    18. Y entregaré a los hombres que traspasaron mi concierto, que no hicieron firmes las palabras del concierto que celebraron en mi presencia, con el becerro que partieron en dos partes, y pasaron por medio de sus partes;

    19. A los príncipes de Judá, y a los príncipes de Jerusalem, a los de palacio, y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la tierra, que pasaron entre las partes del becerro:

    20. Entregarlos he en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su alma; y sus cuerpos muertos serán para comida de las aves del cielo, y de las bestias de la tierra.

    21. Y a Sedecías, rey de Judá, y a sus príncipes, entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su alma, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que se fueron de vosotros.

    22. He aquí que yo mando, dijo Jehová, y hacerlos he volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, y tomarla han, y encenderla han a fuego; y daré las ciudades de Judá en soledad, hasta no quedar morador.