Job 12 - Reina Valera 1862Job proclama el poder y la sabiduría de Dios1. Y RESPONDIÓ Job, y dijo: 2. Ciertamente que vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría. 3. También tengo yo seso como vosotros: no soy yo ménos que vosotros; ¿y quién habrá que no pueda decir otro tanto? 4. El que invoca a Dios, y él le responde, es burlado de su amigo; y el justo y perfecto es escarnecido. 5. La antorcha es tenida en poco en el pensamiento del próspero: la cual se aparejó contra las caidas de los piés. 6. Las tiendas de los robadores están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos, viven seguros. 7. Mas ciertamente pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te mostrarán: 8. O habla a la tierra, que ella te enseñará; y los peces de la mar te declararán. 9. ¿Qué cosa de todas estas no entiende que la mano de Jehová la hizo, 10. Y que en su mano está el alma de todo viviente, el espíritu de toda carne humana? 11. Ciertamente el oido prueba las palabras, y el paladar gusta las viandas. 12. En los viejos está la ciencia, y en longura de dias la inteligencia. 13. Con el está la sabiduría y la fortaleza, suyo es el consejo y la inteligencia. 14. He aquí, el derribará, y no será edificado: encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. 15. He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán: él las enviará, y destruirán la tierra. 16. Con él está la fortaleza y la existencia: suyo es el que yerra, y el que hace errar. 17. El hace andar a los consejeros desnudos, y hace enloquecer a los jueces. 18. El suelta la atadura de los tiranos, y les ata la cinta en sus lomos. 19. El lleva despojados a los príncipes, y él trastorna a los valientes. 20. El quita la habla a los que dicen verdad, y el toma el consejo a los ancianos. 21. El derrama menosprecio sobre los príncipes, y enflaquece la fuerza de los esforzados. 22. El descubre las profundidades de las tinieblas, y saca a luz la sombra de muerte. 23. El multiplica las gentes, y él las pierde: él esparce las gentes, y las torna a recoger. 24. El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, y los hace que se pierdan vagueando sin camino: 25. Que palpen las tinieblas, y no la luz: y los hace errar como borrachos. |