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lunes, julio 22, 2024
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    Salmos 55 - Reina Valera 1862

    Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.

    1. Al Vencedor en Neginot. Masquil: de David. ESCUCHA, o! Dios, mi oración; y no te escondas de mi suplicación.

    2. Estáme atento, y respóndeme; que doy voces hablando, y estoy desasosegado,

    3. Por la voz del enemigo, por el aprieto del impío; porque echaron sobre mí iniquidad, y con furor me han amenazado.

    4. Mi corazón está doloroso dentro de mí: y terrores de muerte han caido sobre mí.

    5. Temor y temblor vino sobre mí; y terror me ha cubierto.

    6. Y dije: ¿Quién me diese alas como de paloma? volaría, y descansaría.

    7. Ciertamente huiría léjos: moraría en el desierto. Selah.

    8. Apresuraríame a escapar del viento tempestuoso, de la tempestad.

    9. Deshace, o! Señor, divide la lengua de ellos: porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.

    10. día y noche la cercaron sobre sus muros: e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

    11. Agravios hay en medio de ella; y nunca se aparta de sus plazas fraude y engaño.

    12. Porque no me afrentó enemigo, que entónces suportáralo: ni el que me aborrecía se engrandeció contra mí, que entónces escondiérame de él.

    13. Mas tú, hombre según mi estimación, mi señor, y mi familiar.

    14. Porque juntos comunicábamos suavemente los secretos: en la casa de Dios andábamos en compañía.

    15. Condenados sean a muerte, desciendan al infierno vivos: porque hay maldades en su compañía, entre ellos.

    16. Yo a Dios clamaré; y Jehová me salvará.

    17. Tarde, y mañana, y a mediodía hablo y estóy gimiendo: y él oirá mi voz.

    18. Redimió en paz mi alma de la guerra contra mí; porque muchos fueron contra mí.

    19. Dios oirá, y los quebrantará, y el que permanece desde la antigüedad. Selah. Por cuanto no se mudan, ni temen a Dios.

    20. Extendió sus manos contra sus pacíficos: violó su pacto.

    21. Ablandan más que manteca las palabras de su boca, mas guerra en su corazón: enternecen sus palabras más que el aceite, mas ellas son espadas.

    22. Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará: no dará para siempre resbalo al justo.

    23. Y tú, o! Dios, les harás descender al pozo de la sepultura; los varones de sangre, y engañadores no llegarán a la mitad de sus dias: mas yo confiaré en tí.