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lunes, julio 22, 2024
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    Salmos 63 - Reina Valera 1862

    Dios, satisfacción del alma Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

    1. Salmo de David, estando él en el desierto de Judá. DIOS, Dios mío eres tú, a tí madrugaré: mi alma tuvo sed de tí, mi carne te desea en tierra de sequedad, y sequiosa sin aguas.

    2. Así te miré en el santuario, para ver tu fortaleza y tu gloria.

    3. Porque mejor es tu misericordia que la vida: mis labios te alabarán.

    4. Así te bendeciré en mi vida: en tu nombre alzaré mis manos.

    5. Como de meollo y de grosura será harta mi alma: y con labios de alegría te alabará mi boca,

    6. Cuando me acordaré de tí en mis camas, cuando a las alboradas meditaré de tí;

    7. Porque has sido mi socorro: y en la sombra de tus alas me regocijaré.

    8. Mi alma se apegó a tí: tu diestra me ha sustentado.

    9. Mas ellos para destrucción buscaron mi alma: descendieron en lo más bajo de la tierra.

    10. Matarlos han a filo de espada: porción de zorras serán.

    11. Y el rey se alegrará en Dios, será alabado cualquiera que jura por él: porque la boca de los que hablan mentira, será cerrada.