Salmos 73 - Reina Valera 1862El destino de los malos Salmo de Asaf.1. Salmo de Asaf. CIERTAMENTE bueno es a Israel Dios, a los limpios de corazón. 2. Y yo, casi se apartaron mis piés; poco faltó, para que no resbalasen mis pasos. 3. Porque tuve envidia a los malvados, viendo la paz de los impíos. 4. Porque no hay ataduras para su muerte: ántes su fortaleza está entera. 5. En el trabajo humano no están: ni son azotados con los hombres. 6. Por tanto soberbia los corona: cúbrense de vestido de violencia. 7. Sus ojos están salidos de gruesos: pasan los pensamientos de su corazón. 8. Soltáronse, y hablan con maldad de hacer violencia: hablan de lo alto. 9. Ponen en el cielo su boca: y su lengua pasea la tierra. 10. Por tanto su pueblo volverá aquí, que aguas en abundancia les son exprimidas. 11. Y dirán: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y, si hay conocimiento en lo alto? 12. He aquí, estos impíos, y quietos del mundo alcanzaron riquezas: 13. Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón: y he lavado mis manos en limpieza; 14. Y he sido azotado todo el día: y castigado por las mañanas. 15. Si decía: Contarlo he así: he aquí, habré negado la nación de tus hijos. 16. Pensaré pues para saber esto: es trabajo en mis ojos. 17. Hasta que venga al santuario de Dios; entónces entenderé la postrimería de ellos. 18. Ciertamente los has puesto en deslizaderos: hacerlos has caer en asolamientos. 19. ¡Cómo han sido asolados! ¡cuán en un punto! Acabáronse: fenecieron con turbaciones. 20. Como sueño de el que despierta. Señor, cuando despertares, menospreciarás sus apariencias. 21. Ciertamente mi corazón se acedó: y en mis riñones sentía punzadas. 22. Mas yo era ignorante, y no entendía; era una bestia acerca de tí. 23. Aunque yo siempre estaba contigo: y así echaste mano a mi mano derecha: 24. Guiásteme en tu consejo: y después me recibirás con gloria. 25. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y contigo nada quiero en la tierra. 26. Desmáyase mi carne y mi corazón, ¡ó roca de mi corazón! que mi porción es Dios para siempre. 27. Porque, he aquí, los que se alejan de tí, perecerán: tú cortas a todo aquel que rompe tu pacto. 28. Y yo, el acercarme a Dios, me es el bien: he puesto en el Señor Jehová mi esperanza, para contar todas tus obras. |