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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Reyes 3 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Salomón se casa con la hija de Faraón

    1. Salomón emparentó con Faraón rey de Egipto, porque tomó por esposa a la hija de Faraón. Y la trajo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa, la casa del Eterno y la muralla en torno a Jerusalén.

    2. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los altos, porque aún no había casa edificada al Nombre del Eterno.

    Salomón pide sabiduría

    3. Salomón amaba al Eterno y andaba en los estatutos de su padre David, aunque sacrificaba y quemaba incienso en los altos.

    4. El rey iba a Gabaón, porque aquél era el alto principal, y sacrificaba allí. Mil holocaustos ofrecía Salomón sobre aquel altar.

    5. Una noche en Gabaón, el Eterno se apareció a Salomón en sueño, y le dijo: "Pide lo que quieras que te dé".

    6. Salomón respondió: "Tú tuviste gran amor a tu siervo David mi padre, porque él fue fiel a ti, de corazón justo y recto. Y tú le has mostrado esta gran bondad al darle un hijo que se siente en su trono, como sucede en este día.

    7. "Ahora, oh Eterno Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre. Y yo soy joven, y no sé cómo conducirme.*

    8. "Tu siervo está en medio de tu pueblo, el que tú elegiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.

    9. "Así, da a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?"

    10. Y agradó al Señor que Salomón pidiese sabiduría.

    11. Y Dios le dijo: "Porque has demandado esto, y no pediste para ti larga vida, ni riquezas, ni la vida de tus enemigos, sino que pediste inteligencia para saber oír y gobernar,*

    12. "cumplo tu pedido, y te doy un corazón tan sabio y entendido como no hubo otro antes de ti, ni lo habrá después.

    13. "Y también te doy lo que no pediste, riquezas y gloria; tal que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.

    14. "Y si andas en mis caminos, y guardas mis normas y mis Mandamientos, como anduvo David tu padre, prolongaré tu vida".*

    15. Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño. Volvió a Jerusalén se presentó ante el arca del pacto del Eterno, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz, y sirvió un banquete a todos sus siervos.

    Sabiduría y prosperidad de Salomón

    16. Por ese tiempo se presentaron ante el rey dos mujeres rameras.

    17. Una de ellas dijo: "¡Señor mío! Yo y esta mujer habitábamos en una misma casa. Yo tuve un hijo cuando estaba con ella en la casa.

    18. "Al tercer día después que yo di a luz, ella también tuvo un hijo. Y vivíamos juntas, ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos.

    19. "Una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.

    20. "Ella se levantó a media noche, tomó a mi hijo de junto a mí, mientras yo tu sierva dormía, y lo puso a su lado, y paso a mi lado a su hijo muerto.

    21. "Cuando me levanté para dar el pecho a mi hijo, lo encontré muerto. Pero al observarlo por la mañana, vi que no era mi hijo el que yo había dado a luz".

    22. Entonces la otra mujer dijo: "¡No! Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto". Pero la primera mujer volvió a decir: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive". Así hablaban ante el rey.

    23. El rey entonces dijo. "Esta dice: 'Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto'. La otra dice: 'No. El tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive' ".

    24. Y agregó el rey: "Traedme una espada". Y le trajeron una espada.

    25. En seguida el rey ordenó: "Partid por medio al niño vivo, dad la mitad a cada una".

    26. Entonces a la mujer de quien era el hijo vivo, se le conmovieron las entrañas, y dijo: "¡Ah, señor mío! Dadle a ella el niño vivo, y no lo matéis". Pero la otra dijo: "Ni a mí, ni a ti. Partidlo".*

    27. Entonces el rey respondió: "Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis. Ella es su madre".

    28. Todo Israel oyó aquel juicio, y respetaron al rey porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.