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miércoles, julio 17, 2024
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    2 Pedro 3 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    El día del Señor vendrá

    1. Amados, ésta es la segunda carta que os escribo. Ambas son para estimular vuestro limpio entendimiento,

    2. para que recordéis las palabras dichas en el pasado por los santos profetas, y el mandato del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles.

    3. Ante todo, sabed que en los últimos días vendrán burladores, que sarcásticos, andarán según sus bajos deseos,*

    4. y dirán: "¿Dónde está la promesa de su venida? Desde que los padres durmieron, todas las cosas siguen como desde el principio de la creación".

    5. Pero ellos intencionalmente ignoran que en el tiempo antiguo, los cielos fueron hechos por la Palabra de Dios, y la tierra surgió del agua y fue establecida entre aguas.

    6. Por eso el mundo de entonces pereció anegado en agua,

    7. y los cielos y la tierra de ahora son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego del día del juicio, y de la destrucción de los hombres impíos.

    8. Pero, amados, no ignoréis esto: Para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.*

    9. El Señor no demora en cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que es paciente con nosotros, porque no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.*

    10. Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con gran estruendo; los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra y todas sus obras serán quemadas.*

    11. Siendo que todo será destruido, ¿qué clase de personas debéis ser en santa y piadosa conducta,

    12. esperando y acelerando la venida del día de Dios? En ese día los cielos serán encendidos y deshechos, y los elementos se fundirán abrasados por el fuego.*

    13. Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde habita la justicia.*

    14. Por eso, oh amados, ya que esperáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados en paz con él, sin mancha ni reprensión.*

    15. Y entended que la paciencia de nuestro Señor significa salvación. Como también nuestro amado hermano Pablo os escribió, según la sabiduría que le ha sido dada.

    16. En todas sus cartas habla de esto. Ellas contienen algunos puntos difíciles de entender, que los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos.

    17. Vosotros, oh amados, prevenidos como estáis, guardaos para que no seáis arrastrados por el error de los inicuos, y caigáis de vuestra firmeza.*

    18. Antes creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria, ahora y por la eternidad! ¡Amén!