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miércoles, julio 17, 2024
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    Eclesiastés 5 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    La insensatez de hacer votos a la ligera

    1. Cuando vayas a la casa de Dios, guarda tu pie, y acércate más para escuchar que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.*

    2. No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra ante Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra. Por tanto, sean pocas tus palabras.

    3. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de palabras la voz del necio.*

    4. Cuando hagas a Dios promesa, no tardes en pagarla, porque no se agrada de los insensatos. Paga lo que prometas.

    5. Mejor es no prometer, que prometer y no cumplir.

    6. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas ante el ángel que fue un error. ¿Por qué enojarás a Dios con tu voz, para que destruya la obra de tus manos?

    7. Los muchos sueños y las muchas palabras son vanidad. Pero tú venera a Dios.

    La vanidad de la vida

    8. Si en alguna provincia ves opresión de los pobres, y extorsión del derecho y la justicia, no te maravilles; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

    9. Además, el provecho de la tierra es para todos. Hasta el rey está sujeto a los campos.

    10. El que ama el dinero, no se saciará de dinero. El que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.

    11. Cuando los bienes aumentan, también aumentan sus consumidores. ¿Qué bien tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?

    12. Dulce es el sueño del trabajador, ora coma mucho o poco. Pero al rico, su riqueza no lo deja dormir.

    13. Hay un doloroso mal que he visto debajo del sol, las riquezas guardadas por sus dueños para su propio daño.*

    14. O riquezas que se pierden en malos negocios, y a los hijos nada les queda.

    15. Como el hombre nace desnudo, así vuelve como vino; y nada de su trabajo lleva consigo.*

    16. Este también es un gran mal, que como vino, así el hombre se haya de ir. ¿Y qué le aprovechó trabajar al viento?

    17. Además, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán, dolor y miseria.*

    18. Entonces comprendí que es bueno y apropiado que el hombre coma y beba, y haga con satisfacción su fatigoso trabajo, los pocos días de vida que Dios le da bajo el sol. Pues ésta es su suerte.

    19. Además, cuando Dios da a un hombre riquezas y hacienda, y la facultad de disfrutarlas, que acepte su suerte.

    20. Porque no se acordará mucho de los días de su vida, pues Dios llena su corazón de alegría.