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miércoles, julio 17, 2024
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    Filipenses 4 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Regocijaos en el Señor siempre

    1. Así, hermanos míos, amados y deseados, gozo y corona mía, estad firmes en el Señor, amados.*

    2. Ruego a Evodia y a Síntique que sean de un mismo sentir en el Señor.

    3. Te ruego también a ti, fiel compañero, que ayudes a estas hermanas que trabajaron conmigo en el evangelio; también con Clemente y con mis demás colaboradores, cuyos nombres están en el Libro de la Vida.

    4. ¡Regocijaos en el Señor siempre! Repito: ¡Regocijaos!

    5. Vuestra bondad sea conocida por todos los hombres. ¡El Señor está cerca!*

    6. Por nada estéis afanosos, sino presentad vuestros pedidos a Dios en oración, ruego y acción de gracias.

    7. Y la paz de Dios, que supera todo entendimiento, guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

    En esto pensad

    8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en eso pensad.*

    9. Lo que aprendisteis y recibisteis, oísteis y visteis en mí, eso haced. Y el Dios de paz estará con vosotros.*

    Dádivas de los filipenses

    10. En gran manera me gocé en el Señor de que al fin haya reflorecido vuestro cuidado de mí. Estabais solícitos por mí, pero os faltaba la oportunidad.*

    11. No lo digo porque tenga necesidad, pues aprendí a contentarme con cualquier situación.

    12. Sé vivir en pobreza, y en abundancia. En todo estoy enseñado, para hartura como para hambre, para tener abundancia como para padecer necesidad.

    13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.*

    14. Sin embargo, bien hicisteis en participar en mi tribulación.

    15. Y sabéis también, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia me comunicó sus dádivas, sino sólo vosotros.*

    16. Porque aun a Tesalónica me enviasteis lo necesario una y otra vez.*

    17. No es que yo busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

    18. Sin embargo, todo lo recibí, y tengo abundancia. Estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, fragante aroma, sacrificio acepto, agradable a Dios.

    19. Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad vuestra, conforme a su gloriosa riqueza en Cristo Jesús.*

    20. A nuestro Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

    Salutaciones finales

    21. Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan.

    22. Todos los santos os saludan, especialmente los de la casa de César.*

    23. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.