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domingo, agosto 18, 2024
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    Génesis 37 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    José es vendido por sus hermanos

    1. Jacob habitó en Canaán, donde peregrinó su padre.

    2. Esta es la historia de la familia de Jacob. Cuando José tenía 17 años apacentaba las ovejas con sus hermanos. Por ser aún joven estaba con los hijos de Bilha y los hijos de Zilpa, esposas de su padre. Y José contaba a su padre la mala fama de ellos.

    3. Israel amaba a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez. Y le hizo una ropa de diversos colores.

    4. Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, no lo querían y no podían hablarle pacíficamente.

    5. Un día José tuvo un sueño, y lo contó a sus hermanos. Y ellos llegaron a odiarlo aún más.

    6. Les dijo: "Oíd esto que soñé.

    7. "Estábamos en el campo atando gavillas, y mi gavilla se levantó y quedó derecha. Y vuestras gavillas estaban alrededor y se inclinaban a la mía".

    8. Y respondieron sus hermanos: "¿Has de reinar tú sobre nosotros, o has de dominarnos?" Y lo aborrecieron aún más a causa de su sueño y sus palabras.

    9. Otro día José tuvo otro sueño, y lo contó a sus hermanos. Les dijo: "Tuve otro sueño. Vi que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban ante mí".

    10. Y lo contó a su padre y a sus hermanos. Y su padre lo reprendió. Le dijo: "¿Qué sueño es éste? ¿Hemos de venir yo, tu madre y tus hermanos a inclinarnos ante ti?"

    11. Y sus hermanos lo envidiaban, pero su padre meditaba en eso.

    12. Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.

    13. Y dijo Israel a José: "Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem. Ven, y te enviaré a ellos". El respondió: "Muy bien".

    14. Israel le dijo: "Ve y mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta". Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

    15. Un hombre en encontró a José perdido por el campo, y le preguntó: "¿Qué buscas?"

    16. El respondió: "Busco a mis hermanos. Te ruego que me digas dónde pastan".

    17. Aquel hombre respondió: "Ya se han ido de aquí. Les oí decir: 'Vamos a Dotán' ".

    18. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca, proyectaron matarlo.

    19. Dijeron: "Ahí viene el soñador.

    20. "Ahora, pues, matémoslo y echémoslo en alguna cisterna, y diremos que alguna mala bestia lo devoró. Y veremos qué será de sus sueños".

    21. Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos. Dijo: "No lo matemos".

    22. Les dijo Rubén: "No derraméis sangre. Echadlo en esa cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él", por librarlo de sus manos y volverlo a su padre.

    23. Cuando llegó José a sus hermanos, ellos le quitaron su túnica, la túnica de colores que vestía.

    24. Lo tomaron y echaron en la cisterna, que estaba vacía, sin agua.

    25. Y se sentaron a comer. Alzando los ojos vieron una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, con aromas, bálsamo y mirra que llevaban a Egipto.

    26. Entonces Judá dijo a sus hermanos: "¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y encubrir su muerte?

    27. "Vendámoslo a esos ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano, nuestra propia carne". Y sus hermanos convinieron con él.

    28. Cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José de la cisterna, y lo vendieron a los ismaelitas por 20 piezas de plata (200 grs). Y llevaron a José a Egipto.

    29. Rubén volvió a la cisterna, y al no hallar a José, rasgó su vestido.

    30. Volvió a sus hermanos, y les dijo: "El joven no está. Y yo, ¿adónde iré yo?"

    31. Entonces tomaron la ropa de José, degollaron un cabrito y tiñeron la ropa con la sangre.

    32. Y enviaron la túnica de colores a su padre con este recado: "Esto hemos hallado. Reconoce si es la ropa de tu hijo".

    33. Y él la conoció, y dijo: "Es la túnica de mi hijo. Alguna mala bestia lo devoró. José ha sido despedazado".

    34. Entonces Jacob rasgó su vestido, y se enlutó por su hijo durante muchos días.

    35. Se levantaron todos los hijos e hijas para consolarlo, pero él no quiso recibir consuelo. Y dijo: "Tengo que descender enlutado hasta la tumba por mi hijo". Y lo lloró su padre.

    36. En Egipto, los madianitas lo vendieron a Potifar, eunuco de Faraón, capitán de la guardia.