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miércoles, julio 17, 2024
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    Hebreos 2 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Una salvación tan grande

    1. Por tanto, con más diligencia debemos atender a lo que hemos oído, para no desviarnos.

    2. Porque si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,

    3. ¿como escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primero por el Señor, y fue confirmada para nosotros por los que oyeron.

    4. Y Dios apoyó el testimonio de ellos con señales, prodigios, diversos milagros y dones del Espíritu Santo, distribuidos según su voluntad.*

    El autor de la salvación

    5. Porque Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del cual estamos hablando.

    6. De esto alguien testificó en cierto lugar: "¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que te preocupes de él?*

    7. "Lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra, y lo pusiste sobre las obras de tus manos.

    8. "Todo lo sometiste bajo sus pies". Al someter todo, nada dejó sin someter a él. Sin embargo, aún no vemos que todas las cosas le sean sometidas.

    9. Pero a Jesús, que por un momento fue hecho un poco menor que los ángeles, lo vemos coronado de gloria y de honra, por haber padecido la muerte, para que por la gracia de Dios experimentase la muerte en beneficio de todos.*

    10. Porque convenía que Dios, por causa de quien y por medio de quien todas las cosas existen, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionara mediante aflicciones al autor de la salvación de ellos.

    11. Porque el que santifica y los que son santificados, todos proceden de uno. Por eso, no se avergüenza de llamarlos hermanos,

    12. al decir: "Anunciaré a mis hermanos tu Nombre, en medio de la congregación te alabaré".*

    13. Y otra vez: "Yo confiaré en él". Y de nuevo: "Aquí estoy con los hijos que Dios me dio".*

    14. Así, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por su muerte al que tenía dominio de la muerte, a saber, al diablo.*

    15. Y librar a los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos a servidumbre.

    16. Porque no vino para ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abrahán.

    17. Por eso, debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser compasivos y fiel Sumo Sacerdote ante Dios, para expiar los pecados del pueblo.

    18. Y como él padeció al ser tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.