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viernes, julio 19, 2024
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    Hechos 19 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Pablo en Efeso

    1. Mientras que Apolo estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso. Allí encontró a ciertos discípulos,

    2. y les preguntó: "¿Habéis recibido el Espíritu Santo cuando creísteis?" Ellos contestaron: "Ni siquiera hemos oído que existe el Espíritu Santo".*

    3. Pablo les preguntó: "Entonces, ¿en qué fuisteis bautizados? Ellos dijeron: "En el bautismo de Juan".

    4. Dijo Pablo: "Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús".*

    5. Al oír esto, fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesús.*

    6. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas, y profetizaban.

    7. Eran en todo unos doce hombres.

    8. Y Pablo fue a la sinagoga, y durante tres meses habló con denuedo, razonando y persuadiendo acerca del reino de Dios.

    9. Pero como algunos se endurecieron, rehusaron creer, y ante la multitud, hablaron mal de aquel Camino, Pablo se apartó de ellos. Separó a los discípulos, y cada día les hablaba en la escuela de Tirano.

    10. Esto duró dos años. Así, todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, pudieron oír la Palabra del Señor Jesús.

    11. Y Dios obraba milagros singulares por medio de Pablo,

    12. de tal manera que aun aplicaban a los enfermos, los pañuelos y lienzos que habían tocado el cuerpo de Pablo, y las enfermedades se curaban, y los malos espíritus salían de ellos.*

    13. Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron invocar el Nombre del Señor Jesús sobre los que tenían malos espíritus. Decían: "Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo".

    14. Los que hacían esto eran siete hijos de cierto Esceva, jefe de los sacerdotes.

    15. Pero el mal espíritu replicó: "Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?"

    16. Y el hombre en quien estaba el mal espíritu, saltó sobre ellos, y dominándolos, pudo más que ellos, de modo que huyeron de aquella casa sin ropa y heridos.

    17. Y esto fue conocido por todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como griegos. Y el temor se apoderó de todos, y magnificaban el Nombre del Señor Jesús.

    18. Y muchos de los que habían creído, venían a confesar y denunciar sus malos hechos.

    19. Muchos de los que habían practicado la magia, trajeron sus libros, y los quemaron ante todos. Y sacando la cuenta de su precio, hallaron que era 50.000 denarios (unos 50. 000 días de trabajo).

    20. Así crecía y se robustecía poderosamente la palabra del Señor.

    21. Después de esto, Pablo decidió ir a Jerusalén, pasando por Macedonia y Acaya. Decía: "Después de estar allá, debo visitar también a Roma".

    22. Y enviando a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia.

    El alboroto en Efeso

    23. Entonces hubo en Efeso un gran alboroto acerca del Camino.

    24. Un platero llamado Demetrio, que labraba en plata templecillos de Diana, daba a los artífices no poca ganancia.

    25. Reunió a éstos y a sus obreros, y les dijo: "Compañeros, vosotros sabéis que de este oficio tenemos buena ganancia.

    26. "Y veis y oís que ese Pablo, no sólo en Efeso, sino en casi toda el Asia, ha persuadido y apartado a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos.

    27. "No sólo hay peligro de que este negocio se desacredite, en perjuicio nuestro, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a derrumbarse su majestad, a quien toda el Asia y el mundo honra".

    28. Cuando oyeron esto, se llenaron de ira, y gritaban: "¡Grande es Diana de los efesios!"

    29. Y la ciudad se llenó de confusión, y se lanzaron juntos al teatro, arrastrando con ellos a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.

    30. Pablo quiso salir a presentarse al pueblo, pero los discípulos no lo dejaron.

    31. También algunas autoridades del Asia, que eran sus amigos, enviaron a rogarle que no se presentase en el teatro.

    32. Unos gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más ni sabían por qué se habían juntado.

    33. Y de entre la muchedumbre, los judíos empujaron a Alejandro hacia el frente. Entonces Alejandro pidió silencio con la mano, y quiso hablar al pueblo.

    34. Pero cuando conocieron que era judío, todos a una voz gritaron durante casi dos horas: "¡Grande es Diana de los efesios!"

    35. Entonces, cuando el magistrado los hubo apaciguado, dijo: "Efesios, ¿quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de Efeso es guardiana del templo de la gran diosa Diana y de su imagen caída del cielo?

    36. "Puesto que esto no se puede contradecir, conviene que os apacigüeís, y que nada hagáis precipitadamente.

    37. "Habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de nuestra diosa.

    38. "Si Demetrio y sus artífices tienen pleito con alguno, se concede audiencia y hay procónsules. Acúsense unos a otros.

    39. "Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir.

    40. "Porque hay peligro de que seamos acusados de sedición por este tumulto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este tumulto".

    41. Dicho esto, despidió a la gente.