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domingo, agosto 18, 2024
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    Jeremías 38 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Jeremías en la cisterna

    1. Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías y Pasur hijo de Malquías, oyeron que Jeremías decía al pueblo:

    2. "Así dice el Eterno: El que quede en esta ciudad morirá a espada, hambre o peste, pero el que se pase a los caldeos vivirá; su vida le será por botín, y vivirá.

    3. "Así dice el Eterno: De cierto esta ciudad será entregada en mano del ejército de Babilonia, que la tomará".

    4. Entonces los príncipes dijeron al rey: "Este hombre debe ser muerto, porque desmoraliza a los guerreros que quedan en esta ciudad, y a todo el pueblo, hablándoles tales palabras. Este hombre no busca la paz del pueblo, sino el mal".

    5. El rey Sedequías respondió: "Ahí está en vuestras manos, que el rey nada puede contra vosotros".

    6. Entonces ellos tomaron a Jeremías, y lo echaron en la cisterna de Malquías hijo de Amélec, que estaba en el patio de la cárcel. En la mazmorra no había agua, sino cieno. Y Jeremías se hundió en el cieno.

    7. Pero Ebed Mélec, etíope, oficial de la casa del rey, oyó que habían puesto a Jeremías en la cisterna. Y cuando el rey estaba sentado a la puerta de Benjamín,

    8. Ebed Mélec salió de la casa real, y dijo al rey:

    9. "Mi señor el rey, esos varones hicieron mal al echar al profeta Jeremías en la cisterna; porque allí se morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad".

    10. Entonces el rey mandó al mismo Ebed Mélec: "Toma contigo a tres hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera".

    11. Y Ebed Mélec llevó consigo a los hombres, y entró a la casa del rey. De debajo de la tesorería tomó ropas viejas y raídas, y con sogas las bajó a Jeremías en la cisterna.

    12. Y Ebed Mélec el etíope dijo a Jeremías: "Pon esa ropa vieja y raída debajo de tus sobacos, debajo de las sogas". Y Jeremías lo hizo así.

    13. De este modo sacaron a Jeremías con sogas, lo subieron de la cisterna, y quedó en el patio de la cárcel.

    Sedequías consulta secretamente a Jeremías

    14. Después el rey Sedequías mandó traer al profeta Jeremías a la tercera entrada del templo. Y el rey dijo a Jeremías: "Voy a preguntarte una cosa. No me ocultes nada".

    15. Jeremías dijo a Sedequías: "Si te lo declaro, ¿no es verdad que me matarás? Y si te diera consejo, no lo escucharás".

    16. Pero el rey Sedequías juró en secreto a Jeremías: "Vive el Eterno, que nos dio el aliento, que no te mataré, ni te entregaré en mano de esos hombres que buscan tu vida".

    17. Entonces dijo Jeremías a Sedequías: "Así dice el Eterno, Dios Todopoderoso, Dios de Israel: Si te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, salvarás tu vida, esta ciudad no será quemada, y vivirás tú y tu casa.

    18. "Pero si no te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, le prenderán fuego, y tú no escaparás".

    19. El rey Sedequías respondió a Jeremías: "Temo a los judíos que se han adherido a los caldeos, que me entreguen en sus manos y me escarnezcan".

    20. Y dijo Jeremías: "No te entregarán. Escucha la Palabra que el Eterno te comunicó, y te irá bien y vivirás.

    21. "Pero si no quieres salir, ésta es la Palabra que me ha mostrado el Eterno:

    22. "Todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán llevadas a los príncipes del rey de Babilonia. Y ellas mismas dirán: 'Tus amigos te engañaron, y prevalecieron contra ti. Hundieron tus pies en el cieno, y se volvieron atrás'.

    23. "Sacarán todas tus esposas y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás preso, y quemará esta ciudad".

    24. Y dijo Sedequías a Jeremías: "Nadie sepa estas palabras, y no morirás.

    25. "Y si los príncipes oyen que yo hablé contigo, y te dicen: 'Decláranos qué hablaste con el rey, no lo encubras, y no te mataremos. Y qué te dijo el rey'.

    26. "Les dirás: 'Supliqué al rey que no me hiciera volver a casa de Jonatán, para no morir allí"'.

    27. En efecto, los príncipes vinieron a Jeremías, y le preguntaron. Y él respondió como el rey le había mandado. Con eso lo dejaron, porque el caso no se había oído.

    28. Y quedó Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día en que fue tomada Jerusalén.