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miércoles, julio 17, 2024
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    Josué 6 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    La toma de Jericó

    1. Jericó estaba bien cerrada a causa de los israelitas. Nadie entraba ni salía.

    2. Entonces el Eterno dijo a Josué: "Mira, yo entrego en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.

    3. "Rodead la ciudad una vez al día, todos los hombres de guerra. Esto haréis durante seis días.

    4. "Siete sacerdotes llevarán siete trompetas de cuernos de carnero delante del Arca. El séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompetas.

    5. "Cuando toquen prolongadamente, al oír el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad caerá. Entonces el pueblo se lanzará al asalto, cada uno frente a sí".

    6. Entonces Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les dijo: "Llevad el Arca del Pacto, y siete sacerdotes lleven trompetas de cuernos de carnero delante del Arca del Eterno".

    7. Y dijo al pueblo: "Pasad y rodead la ciudad. Los que están armados pasarán delante del Arca del Eterno".

    8. Y cuando Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuernos de carnero, pasaron delante del Arca del Señor; y el Arca del Eterno los seguía.

    9. Los armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y la gente reunida iba detrás del Arca, mientras los sacerdotes seguían tocando las trompetas.

    10. Josué había mandado al pueblo: "No gritéis, ni se oiga vuestra voz, ni salga palabra de vuestra boca hasta el día que yo os diga: '¡Gritad!' Entonces gritaréis".

    11. Así, el Arca del Eterno dio una vuelta alrededor, y volvieron al campamento donde pasaron la noche.

    12. Al día siguiente Josué se levantó de madrugada, y los sacerdotes tomaron el Arca del Eterno.

    13. Los siete sacerdotes que llevaban las Siete trompetas de cuernos de carnero, fueron delante del Arca del Eterno, andando siempre y tocando las trompetas. Los armados iban delante, y la gente reunida iba detrás del Arca del Eterno, mientras las trompetas seguían tocando.

    14. Al segundo día dieron otra vuelta a la ciudad, y volvieron al campamento. De esta manera hicieron durante seis días.

    15. Al séptimo día se levantaron al despuntar del alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera, siete veces. Sólo en ese día dieron siete vueltas.

    16. Y cuando los sacerdotes dieron la séptima vuelta, Josué dijo al pueblo: "¡Gritad, porque el Eterno os ha entregado la ciudad!

    17. "Pero la ciudad y todo lo que hay en ella será dedicado al Eterno, a completa destrucción. Sólo Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en su casa, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.

    18. "Guardaos de las cosas condenadas, no toquéis ni toméis cosa alguna de ellas, para no traer vuestra destrucción y turbar el campamento de Israel.

    19. "Pero toda la plata, el oro, los objetos de bronce y de hierro, serán consagrados al Eterno. Ingresarán al tesoro del Señor".

    20. Entonces, cuando sonaron las trompetas, el pueblo gritó. Al oír el sonido de las trompetas, el pueblo gritó a gran voz, la muralla se desplomó, y el pueblo subió a la ciudad, cada uno frente a sí, y la tomaron.

    21. Y a filo de espada destruyeron todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, hasta los bueyes, ovejas y asnos.

    22. Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: "Entrad en casa de la ramera, y como lo jurasteis, sacadla a ella y a todo lo que es suyo".

    23. Y los jóvenes espías entraron y sacaron a Rahab, a sus padres, a sus hermanos y todo lo que tenía. Sacaron también a todos sus parientes, y los pusieron fuera del campamento de Israel.

    24. Y consumieron a fuego la ciudad y todo lo que había en ella. Sólo pusieron en el tesoro del Eterno, la plata y el oro, y los objetos de bronce y de hierro.

    25. Pero Josué salvó la vida de Rahab la ramera, la casa de su padre y todo lo que ella tenía. Y habitó entre los israelitas hasta hoy; por cuanto escondió a los mensajeros de Josué que había enviado a reconocer la tierra.

    26. En aquel tiempo los juramentó diciendo: "Maldito ante el Eterno el que reedifique esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche los cimientos, y en su menor asiente sus puertas".

    27. Así, el Eterno estuvo con Josué, y su nombre se divulgó por todo el país.