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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 5 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    La pesca milagrosa

    1. Un día Jesús estaba junto al lago Genezaret, y la gente se agolpó sobre él para oír la Palabra de Dios.

    2. Vio dos barcas cerca de la orilla del lago. Los pescadores habían descendido y lavaban sus redes.

    3. Subió a una de esas barcas, que era de Simón, y le rogó que la alejara un poco de la tierra. Y sentándose, enseñaba a la gente desde la barca.

    4. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar".

    5. Respondió Simón: "Maestro, hemos trabajado toda la noche, y nada hemos pescado. Pero por tu palabra echaré la red".

    6. Y al hacerlo así, apresaron tal cantidad de peces que la red se rompía.*

    7. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles. Vinieron y llenaron las dos barcas, de tal manera que casi se hundían.

    8. Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas ante Jesús, y le dijo: "Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador".

    9. Porque el asombro se había apoderado de él y de sus compañeros, por los peces que habían capturado.

    10. Lo mismo les pasó a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "¡No temas! Desde ahora pescarás hombres".

    11. Y cuando llevaron las barcas a tierra, dejaron todo y lo siguieron. Jesús sana a un leproso*

    Jesús sana a un leproso

    12. Un día estaba Jesús en una ciudad, y llegó un hombre lleno de lepra. Al ver a Jesús, se postró rostro en tierra, y le rogó: "Señor, si quieres, puedes limpiarme".

    13. Entonces, Jesús extendió la mano, lo tocó, y le dijo: "Así lo quiero. ¡Queda limpio!" Y al instante, la lepra se fue de él.

    14. Jesús le mandó que no lo dijese a nadie. "Sino ve - le dijo-, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio".

    15. Y tanto más se extendía su fama. Y se reunía mucha gente a oír, y ser sanada de sus enfermedades.

    16. Y con frecuencia Jesús se retiraba a lugares solitarios, a orar.*

    Jesús sana a un paralítico

    17. Un día Jesús estaba enseñando, y estaban sentados algunos fariseos y doctores de la Ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba presente para sanar.

    18. En eso, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico, y procuraban entrar y ponerlo ante él.

    19. Y como no pudieron entrar a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado lo bajaron en su camilla ante Jesús.

    20. Al ver la fe de ellos, Jesús dijo al paralítico: "Hombre, tus pecados te son perdonados".

    21. Entonces los escribas y los fariseos empezaron a pensar: "¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?"

    22. Conociendo sus pensamientos, Jesús les dijo: "¿Qué pensáis en vuestro corazón?

    23. "¿Qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados', o decir, 'levántate y anda'?

    24. "Pues, para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados -dijo al paralítico-: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa"'.

    25. Al instante, el paralítico se levantó en presencia de ellos. Tomó su camilla, y se fue a su casa glorificando a Dios.

    26. Y todos quedaron asombrados. Glorificaban a Dios, y llenos de temor, decían: "¡Hoy hemos visto maravillas!"

    Llamamiento de Leví

    27. Después de esto Jesús salió, y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: "¡Sígueme!"

    28. Y dejando todo, se levantó y lo siguió.

    29. Entonces Leví le ofreció un gran banquete en su casa. Y había muchos cobradores de impuestos y otros convidados a la mesa.

    30. Y los escribas y los fariseos murmuraron contra los discípulos, diciendo: "¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?"

    31. Jesús respondió: "Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos.*

    32. "No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se arrepientan". Acerca del ayuno*

    La pregunta sobre el ayuno

    33. Entonces ellos le dijeron: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y oran muchas veces. Pero tus discípulos comen y beben".

    34. Jesús contestó: "¿Podéis obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el novio está con ellos?

    35. "Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, entonces ayunarán".

    36. Les dijo también esta parábola: "Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo; de esa manera echaría a perder el vestido nuevo, y el remiendo no armonizaría con el viejo.

    37. "Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de esa manera el vino nuevo rompería los odres, el vino se derramaría, y los odres se perderían.

    38. "El vino nuevo se echa en odres nuevos.

    39. "Y ninguno que beba del añejo, quiere después el nuevo, porque dice: 'El añejo es mejor"'.