30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Proverbios 7 - Reina Valera 1990 (Adventista)

    Las artimañas de la ramera

    1. Hijo mío, guarda mis razones, y atesora mis Mandamientos en tu mente.

    2. Guarda mis Mandamientos y vivirás, sea mi Ley como la niña de tus ojos.

    3. Lígalos a tus dedos, escríbelos en las tablas de tu corazón.*

    4. Di a la sabiduría: "Tu eres mi hermana", y a la inteligencia llámala parienta,

    5. para que te guarden de la mujer ajena,* de la extraña que ablanda sus palabras.

    6. Un día miraba yo através de la celosía de mi ventana,

    7. y vi entre los simples, entre los jóvenes, un muchacho sin entendimiento,

    8. que iba por la calle, junto a la esquina donde vivía esa mujer, iba a la casa de ella.*

    9. Era el atardecer, cuando oscurecía.

    10. De pronto la mujer le salió al encuentro con atavío de ramera, astuta de corazón,

    11. alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden quedar en casa.

    12. Unas veces anda por la calle, otras por las plazas, acechando por todas las esquinas.

    13. Trabó de él, lo besó, y con descaro le dijo:

    14. "Sacrificio de paz había prometido, hoy pagué mi voto.

    15. "Por eso salí a encontrarte, y buscando diligentemente, te hallé.

    16. "Adorné mi cama con cobertores recamados con cordoncillo de Egipto;

    17. "perfumé mi cámara con mirra, áloes y canela.

    18. "Ven, embriaguémonos de caricias hasta la mañana, alegrémonos en amor.

    19. "Porque mi esposo no está en casa, se ha ido en un largo viaje;

    20. "llevó en su mano la bolsa del dinero, y hasta la luna llena no volverá".

    21. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, lo obligó con la blandura de sus labios.

    22. En el acto marchó en pos de ella; como va el buey al degolladero, como el necio a la prisión para ser castigado,

    23. como el ave que se apresura al lazo, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón.

    24. Ahora, hijo mío, escúchame, atiende a las razones de mi boca.

    25. No permitas que tu corazón se vuelva hacia sus caminos. No te desvíes por sus sendas.

    26. Porque a muchos hirió de muerte. Hasta los más fuertes han sido muertos por ella.

    27. Su casa es el camino al sepulcro, que desciende a las cámaras de la muerte.*