¿Qué es el Escrituralismo? (I)

 

Gordon H. Clark

En abril de 1993 el Dr. John Robbins realizó una conferencia en el Seminario Bíblico Teológico en Hatfield, Pensilvania, Estados Unidos. Esta conferencia tenía el título “Una Introducción a Gordon H. Clark” y en ella el Dr. Robbins explica simplemente la cosmovisión de su mentor: Gordon H. Clark, teólogo al que en otro artículo llama de el “Agustín de América” y del cual otros teólogos han dicho que es “uno de los filósofos protestantes evangélicos de nuestro tiempo” y “uno de los mayores pensadores cristianos de nuestro siglo.” Robbins usa el nombre “Escrituralismo” para referirse a esta cosmovisión. Desde ese momento se comenzó a usar este nombre para referirse a esta cosmovisión.

Gordon H. Clark nació en Filadelfia en el verano de 1902 y murió en la primavera de 1985. Recibió su educación universitaria en filosofía en las universidades de Pensilvania y Sorbonne, Francia. En sus 60 años de vida académica publicó más de 40 libros sobre temas como filosofía, teología, lógica, etc. La lista de sus publicaciones incluye los libros Tales to Dewey, uno de los mejores libros de filosofía publicados en inglés, y A Christian View of Men and Things, donde expone la cosmovisión cristiana y demuestra que ella es la única cosmovisión válida para entender asuntos como la Historia, Política, Ética, Ciencia, Religión y Conocimiento.

A pesar de los grandes comentarios sobre la obra de Gordon H. Clark, la gran mayoría de los estudiantes de teología en el mundo nunca escucharon hablar de él ni leyeron ninguno de sus libros. Quizás muchos de los que escucharon su nombre sólo lo hicieron en relación a su conocida controversia con el profesor del Seminario Westminster en Filadelfia, Cornelius Van Til. Los resultados de esta discusión teológica hoy han sido falsificados, haciendo parecer que el pensamiento vantiliano se sobrepuso al Escrituralismo de Clark. Así, los pocos que escuchan sobre Clark, lo hacen oyendo una historia tergiversada.

Este artículo tiene la intención de explicar los aspectos básicos de la filosofía de Gordon H. Clark e introducir a los lectores de nuestra lengua al pensamiento de este gran teólogo.

La primera afirmación acerca del Escrituralismo es que esta filosofía es una visión del mundo y de la vida. Lo que es conocido como una cosmovisión. Dos autores escrituralistas nos van a ayudar a entender esta palabra. Cosmovisión es definida por Ronald Nash como “un esquema conceptual por medio del cual consciente o inconscientemente ubicamos todo lo que creemos y por medio del cual interpretamos y juzgamos la realidad.” W. Gary Crampton, de forma más simple, nos dice que una cosmovisión es “un conjunto de creencias acerca de los varios asuntos de la vida.” Así, como la neutralidad no existe, ya que todos opinamos a partir de lo que conocemos, todo el mundo tiene una cosmovisión y a través de ellas mira al mundo y su propia vida.

Toda cosmovisión está basada en presuposiciones que funcionan como axiomas, que son proposiciones no demostradas, pero que dan la base para deducir todo el sistema de pensamiento. El axioma del escrituralismo es “la Biblia es la Palabra de Dios”, y a partir de ese axioma debemos deducir todo nuestro pensamiento pues ella tiene el monopolio de la verdad (Sal. 119:160; Jn. 17:17), así nuestros pensamientos se van moldeando según los pensamientos de Dios como nos exige Isaías 55:6-9. El escrituralismo no acepta ideas venidas desde fuera de la Biblia para formar parte del sistema. La Biblia es suficiente para encontrar toda verdad.

EPISTEMOLOGÍA

Cuando hablamos de encontrar la verdad nos enfrentamos con una gran pregunta: ¿Es posible conocer la verdad? Esta es una pregunta fundamental para cualquier filosofía. En la filosofía religiosa la pregunta puede ser cambiada y podemos preguntarnos ¿Es posible conocer a Dios? El escrituralismo afirma que si Dios no puede ser conocido es imposible conocer nada acerca de ningún aspecto de la vida, pues es Él la referencia para todo. Sin la existencia de Dios no podemos hablar de ética, política, artes, etc. La revelación es el sine qua non del conocimiento. Para que el hombre pueda conocer algo, y eso sea verdad, debe haber un padrón absoluto con el cual comparar ese conocimiento. Ese padrón absoluto sólo se encuentra en la Palabra de Dios.

Como ya fue dicho, toda cosmovisión se basa necesariamente en un punto de inicio y este principio es, en el cristianismo, que sólo la Biblia es la Palabra de Dios inspirada, infalible e inerrante, y que ella tiene el monopolio de la verdad. Sola Scriptura es el principio de la epistemología reformada. En el escrituralismo es necesario demostrar la existencia de Dios, pues esa afirmación ya está incluida en nuestro axioma. Un ejemplo de esto es el orden que fue usado en la redacción de la Confesión de Fe de Westminster. El primer capítulo habla acerca de la Escritura y los siguientes 32 capítulos se basan en ella.

Ya que toda cosmovisión tiene su punto de inicio no es necesario probar que él es verdadero. Para probar la verdad de cualquier cosa necesitamos de un punto que sea fijo y anterior a lo que queremos probar. Entonces, en lugar de probar nuestro axioma sólo lo cambiamos por otro anterior. Ninguna cosmovisión está libre de eso. Confesionalmente, los cristianos reformados creemos la Palabra de Dios debe ser reconocida por el simple hecho de que ella es la Palabra de Dios. Ella no necesita autentificación externa. Intentar probar con otro criterio la veracidad de la Palabra sería una contradicción, pues ella afirma que sólo en ella está el padrón de verdad.

El criterio para definir a una cosmovisión como mejor que otra no es la demostración de sus principios sino la coherencia lógica interna que existe en ella. Los cristianos debemos deducir todo nuestro conocimiento de la Palabra y si en ella encontrásemos contradicción deberíamos renunciar a ella. Uno de los motivos es que un Dios contradictorio no pasaría de ser un dios falso y humano (Núm. 23:19).

El escrituralismo no es una especia de racionalismo como algunos de sus críticos han afirmado sino que éste afirma que el hombre, por haber sido creado a imagen de Dios, posee la capacidad de razonar y esta habilidad le permite entender, siendo iluminados por Cristo, el Logos, las proposiciones expresadas en la Biblia. El hombre no conoce la verdad partiendo de la razón (como afirma el racionalismo), sino que conoce la verdad a través de la razón. Confundir el escrituralismo con el racionalismo es una crítica que sólo puede hacer alguien ignorante acerca de lo que éste propone.

En los siguientes post continuaré explicando esta forma de ver al mundo y la vida. Si tienes preguntas o comentarios escríbenos abajo.

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