¿Te has decidido finalmente a salir del pecado este año?

Hola amigo. Hola amiga.

Estás recibiendo este mensaje porque seguramente nos escribiste en alguna oportunidad pidiendo ayuda, o alguien te lo reenvía pensando que pueda serte de utilidad. Sin importar cuál sea la razón, te pido que tomes tres minutos de tu tiempo para leerlo.

Para iniciar, comparto contigo dos de los muchos correos que hemos recibido durante este año. Provienen de personas que han tomado la decisión de buscar apoyo en nuestro ministerio.

Un joven nos escribe:

En realidad estoy harto de ser un adicto al consumo de pornografía, lo que me ha llevado poco a poco a entrar en el hábito de masturbación; he puesto en mi mente la idea de dejarlo, pero no puedo, hubo un tiempo en que duré como cuatro meses sin ver pornografía, pero una decepción con una chica que me gusta me llevo a caer una vez más en eso. He llegado a pensar que no tiene sentido vivir, incluso me he apartado demasiado de mi congregación y por lo consiguiente de mi relación con Dios. Estoy harto de esta vida que llevo, pero hay impulsos que me controlan, necesito cambiar todo en mí. Ya no quiero seguir en esto, incluso mi forma de ser ha cambiado, mi carácter ha cambiado, estoy enojado con la vida y a veces esa ira de no poder cambiar, me ha llevado a alejar a aquellas personas que mas aprecio, incluso he hecho a un lado la relación con mis padres.

Un señorita escribe:

Hola, primeramente agradezco tanto que hayan sitios como este en donde pueda abrir mi corazón, soy una joven de 23 años y estoy en una relación con un chico desde hace aproximadamente año y medio; estoy muy confundida pues nunca me imaginé que íbamos a llegar demasiado lejos. La verdad es que ya no puedo más, todo empezó poco a poco… nuestra atracción mutua nos llevó de caricias intensas hasta el punto de acostarnos; ya no quiero seguir así porque es como un vicio, nos hemos arrepentido una y otra vez, hemos tratado de que no suceda más pero cuando menos lo pienso vuelve a pasar, me siento muy mal porque a veces no sé ni cómo acercarme a Dios después de haber pecado y lo peor es que no tenemos la confianza de compartirlo con alguien. Ayúdenme, quiero salir de esto. ¿Creen que después de todo lo que ha pasado quiera Dios utilizar nuestras vidas?

Mientras nos acercamos a terminar este año, correos como éstos traen a mi mente preguntarte:

¿Cómo has decidido vivir el próximo año?

¿Te parece conocida esta pregunta? Es recurrente en la mayoría de nosotros cada inicio de año, o por lo menos para mí lo fue. Nunca pasaba un 31 de Diciembre sin escucharme a mí mismo decir “todo va a cambiar”. El propósito era firme, creía que con la intención sería suficiente y que el año siguiente todo sería diferente: dejaría de ver pornografía, ya no me masturbaría, me alejaría de todas las cosas que interiormente sabía que estaban mal, me mantendría distante del pecado contra mí mismo, contra mi familia, contra mi esposa, pero sobre todo contra Dios. Sin embargo aún esa firmeza de propósito era endeble, pues me permitía dar mis “escapaditas” los últimos días del año, a manera de despedidas. Al fin y al cabo “a partir del 1 de Enero, TODO SERIA DIFERENTE”.

¿Sabes que sucedía el 4 o 5 de Enero del siguiente año? TODO VOLVIA A SER IGUAL, una pequeña resbaladita, una leve tentación cedida y todo se venía abajo: Mis promesas, mi fuerza de voluntad, mi esperanza. A los pocos días, solo me quedaba esperar a que llegara otro fin de año o alguna fecha especial como mi cumpleaños, el día del cariño, el día de la madre etc., para volver a hacer la misma promesa.

Este círculo parecía no tener fin, año tras año, fecha especial tras fecha especial, siempre lo mismo, siempre sin resultados, siempre sufriendo en silencio.

Hasta que un día Dios permitió que encontrara el curso Libertad Pura y tomé la decisión de iniciarlo. Mientras completaba cada lección llevé a la práctica los principios que allí se presentan. Confesé a alguien más mi adicción sexual y me sometí abiertamente a un proceso de restauración y entrega de cuentas de mi vida.

La lucha en soledad había terminado, las falsas promesas en intimidad habían acabado.

Te escribo estas líneas, si eres un hombre o una mujer que sufre en silencio, que una y otra vez caes en el mismo pecado. Pides perdón un día solo para caer de nuevo al día siguiente. Tratas de servir a Dios o de adorarlo en libertad y no puedes, porque sabes que dentro de ti hay un pecado oculto, hay un hábito secreto que te está comiendo vivo, una cadena que se hace más fuerte con cada caída, pero la vergüenza es demasiado grande como para pedir ayuda.

En nuestro sitio principal, www.libresencristo.org, nos contactan toda clase de personas, hombres, mujeres, solteros, casados, divorciados y viudos; desde jóvenes hasta abuelos. Todos sufriendo en silencio, algunos encadenados con pornografía y masturbación. Muchas jóvenes teniendo sexo con sus novios y sintiéndose culpables por no poder poner un alto a esto. Esposos viviendo en adulterio, hombres de todas edades con atracciones homosexuales, jovencitas con falta de identidad con la duda si son o no lesbianas. Enumerar cada caso sería muy extenso, sin embargo existe un denominador común para todos ellos:

SON CRISTIANOS… AMAN A DIOS… QUIEREN VIVIR LIBRES… Y SIN CULPA.

Luego de compartirte mi experiencia es fácil comprender la razón por la cual puedo entenderte, pues yo estuve allí. Sí, allí mismo donde tú estás, en la misma tentación, con el mismo dolor, con la misma vergüenza; por eso puedo asegurarte que nada va a cambiar hasta que no tomes la decisión de abrir tu vida a otra persona, confesar, someterte a un plan de recuperación como el curso que ofrecemos y luego comprometerte a perseverar en este camino por el resto de tu vida.

Para que este nuevo año sea diferente, para que tu vida cambie, no tienes que esperar al 31 de Diciembre.

Puedes hacerlo hoy, ahora mismo. Puedes escribirnos un correo, o inscribirte ya sea en el curso de Libertad Pura (o en el de Puerta de Esperanza si luchas contra atracciones homosexuales), puedes hacerlo incluso anónimamente, pero lo importante es que empieces ya, no dejes que pase una sola hora más porque mañana puede ser tarde; las consecuencias te pueden alcanzar. Recuerda lo dicho por Dios en el libro de Números:

“Pero si no lo hacen así, miren, habrán pecado ante el SEÑOR, y tengan por seguro que su pecado los alcanzará” Números 32:23

Te animo a tomar la decisión ahora mismo, no esperes más. Dios te espera, tu libertad de espera, nosotros te esperamos para ayudarte. Usa este enlace para inscribirte.

Oro para que tengas el valor de salir del secreto. En Cristo.


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