Solo en una vida de oración constante podemos derribar los pensamientos de culpa, de falta de perdón, de vergüenza por lo sucedido, de desconfianza, de deseos de venganza, de la lujuria que despiertan los recuerdos, de reproches o de dudas, y hacerlos a todos estos cautivos a la obediencia a Cristo.
El tercer consejo que puedo darte para recuperar la intimidad sexual en tu matrimonio, tiene que ver con la oración.2 Corintios 10:5 nos dice que podemos destruir argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y que podemos llevar cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo.
Acostúmbrate a orar de verdad, a orar como hombre para derribar todos estos pensamientos. No dejes la oración para arrodillarte en la noche en la cama justo antes de tener sexo, esto no es algo trivial ni caricaturesco. Se trata de practicar una verdadera vida de oración, en la cual durante el día y cada día de la semana, sea una necesidad romper con todos los recuerdos y someter las emociones venenosas para que obedezcan al Señor. Cuando hice el curso de Libertad Pura, mi mentor me aconsejó que orara, imaginandome a mí mismo cómo empujaba, botaba y enjaulaba esos pensamientos, como en verdad eran encarcelados y sometidos en obediencia, mientras confesaba Su Palabra sobre mi vida sexual.
Cuando lo sientas necesario, comenta con tu esposa también de la necesidad de orar e interceder por su intimidad sexual, en momentos de su vida devocional, en situaciones que no tienen que ver con el sexo. Si necesitas una guía de cómo orar, nosotros hemos escrito en este apartado ya bastante material que puedes leer y orar.
Tu vida sexual puede ser mucho mejor con tu esposa ahora. Pero debes recordar que esta vez no se trata ya de tener sexo sólo cuando llegas a la cama, sino de construir una intimidad genuina de la mano del Espíritu Santo, como parte de un matrimonio pleno.
Lee aquí y aquí las entradas anteriores de esta serie.
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