…..Dad Gracias en Todo…..

La voluntad de Dios se define aquí con exactitud con letras de fuego:

«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús«(l Tes 5:18).

Por encima de todo lo demás, yo deseo hacer la voluntad de Dios. Es por ello que soy un agradecido: uno que constantemente le da gracias a Dios por todo…

Consideremos también otro vehemente mandamiento del Nuevo Testamento:

«Sed agradecidos» (Col 3:15). «Agradecidos» significa estar llenos de agradecimiento.

Es ella una actitud de gratitud. Alzo mi voz a menudo para darle gracias a Dios por sus abundantes bendiciones.

¡Es el mejor hábito que Podemos crear!

También pongo en práctica darles gracias verbalmente a los demás.

Una vez al día, mientras viva y tenga voz, alzaré mi voz y cantaré:

«Gracias, Dios, por mi salvación»

Le daré gracias por los beneficios que he recibido, agradeciendo su bondad con palabras de sincera gratitud.

Tiene Dios una advertencia de los resultados de que se pierda la actitud de gratitud:

«Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido» (Ro 1:21).

La ingratitud extingue la luz de Dios del corazón; es la característica distintiva de un corazón necio. Estoy consciente de que una de las señales más prominentes de los últimos tiempos es el referido espíritu de ingratitud:

«También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres [… ] ingratos» (2 Ti 3:1,2).

Los malagradecidos estarán sencillamente dándole cumplimiento a la profecía bíblica.

Cuando Jesús sanó a los diez leprosos, nueve de ellos le fueron desagradecidos. Ese porcentaje casi no ha cambiado en el día de hoy.

Sólo uno de cada diez que han sido recipientes de las bendiciones del Señor es realmente gradecido.

Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias (Col 2:7)

Este texto declara que cuando uno se halla verdaderamente arraigado y edificado en Cristo, y firme en la fe, se mantendrá «abundando en acciones de gracias«, lo cual significa «rebosante con acciones de gracias«. Si mi vida en Cristo es sólida y mi fe eficaz, por cierto que me mantendré «rebosando en acciones de gracias».

Bendiciones…..


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