Hay una frase bien usada por algunos cristianos aquí en este país: «Yo soy cristiano pero no pendejo.» «Pendejo» es aquel que deja que se aprovechen de él sabiendo que se puede estar abusando, pero que técnicamente no le importa. Ayer pensaba mucho en eso. La cuestión es que al cristiano le piden que lo encaminen por una cuadra y debería ir dos, le piden la camisa y debería dar los zapatos. Según Cristo uno debe estar en paz con esas cosas. Entones la pregunta sería: ¿Se puede ser «no pendejo» y cristiano? O, ¿Es esto ser «pendejo»?
Ahora, sea esto o no ser un «pendejo», ¿cuál es el problema de ayudar más de lo que se debe? El problema no es que no lo pueda hacer, sino lo que otros piensen. Yo creo que cuando acepto a Cristo, Dios está en control de lo que otras personas piensen de mi, que pensarán que soy pendejo si les ayudo o no, y pensarán de mi lo que les de la gana haga algo o no. Quizás nos de miedo entregarle el control a Dios de lo que otras personas puedan pensar y decidimos mantenerlo. La siguiente pregunta sería: ¿Hasta que punto tengo el control cuando lo tengo yo?
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