«… no toma mucha imaginación reconocer que las primeras personas que leyeron la Biblia no sabían que estaban leyendo la Biblia. Simplemente escuchaban historias de sus ancestros Abraham y Samuel, o leían notas de antiguos sermones escritos en pedazos de papel, o discutían una carta de un hombre del que nunca habían escuchado, pero que un amigo les dijo que valía la pena leerlo. Estás palabras [parecían] no tener ninguna autoridad externa con ellas. Si los lectores hubiesen juzgado «el libro por su portada», nada les hubiese impresionado…»
Eugene Peterson
195- Estos Tampoco Tenían La Menor Idea
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