2da. de Samuel capitulo 7



Bendiciones hermanos.



Continuamos con la lectura del libro de 2da. de Samuel, hoy con el capitulo 7 que trata un solo tema como, pacto de Dios con David.

Padre nuestro gracias hoy te damos por este nuevo día en el que podemos comenzar con la lectura diaria de tu palabra , te alabamos y te adoramos, te pedimos que nos des el mayor conocimiento posible para que sirva para la edificación de nuestras vidas y de tu reino, te pedimos por este foro por el cual llevamos tu palabra por el mundo, y que nos guardes de todo mal, te lo pedimos en el nombre de Jesús amen.


2da. de Samuel


Capítulo 07

Pacto de Dios con David
(1 Cr 17.1-27)


7:1 Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor,


7:2 dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas.


7:3 Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo.


7:4 Aconteció aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo:


7:5 Ve y di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more?


7:6 Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo.


7:7 Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro?


7:8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel;


7:9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.


7:10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,


7:11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.


7:12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.


7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.


7:14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;


7:15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.


7:16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.


7:17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.


7:18 Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?


7:19 Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?


7:20 ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová.


7:21 Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu siervo.


7:22 Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.


7:23 ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.


7:24 Porque tú estableciste a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a ellos por Dios.


7:25 Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.


7:26 Que sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre Israel; y que la casa de tu siervo David sea firme delante de ti.


7:27 Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.


7:28 Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo.


7:29 Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.



Notas:


2 Samuel 7:1 (título) Esta promesa del Señor a David es uno de los textos más significativos del AT. Los intérpretes han identificado en la profecía dos temas predominantes: uno se refiere a David y su dinastía (v. 8-11,16); el otro a Salomón y al templo de Jerusalén (v. 12-15). Estos dos temas se presentan en forma antitética: no va a ser David el que construya una Casa para el Señor (es decir, un templo), sino su hijo Salomón; pero el Señor sí le construirá a David una casa (es decir, una dinastía). En esta promesa estaba en germen la esperanza mesiánica de Israel.

2 Samuel 7:1 Casa: La palabra casa, unas veces referida al palacio de David (v. 1-2), otras al templo (v. 5-7,13) y otras a la dinastía o descendencia davídica (11,16,19,25-27,29) es un término clave para la comprensión de este oráculo dinástico.

2 Samuel 7:2 Aquí se menciona por primera vez al profeta Natán, personaje de gran importancia en la corte de David (2 S 12.1-25). En las luchas por la sucesión, él influyó para que el heredero de David fuera Salomón (1 R 1.8-45). 1 Cr 29.29 lo menciona como autor de una de las historias del rey David.

2 Samuel 7:4 El Señor habla a David por medio de un profeta y no, como lo había hecho regularmente, a través del efod, el tumim y el urim (véase 2 S 2.1.).

2 Samuel 7:6 Cf. Ex 26; 36.8-38.

2 Samuel 7:7 Casa de cedro: En el antiguo Oriente, los templos y palacios solían ser de cedro (2 S 5.11; 1 R 5.10), porque era muy difícil que los insectos pudieran destruir esa madera.

2 Samuel 7:9 Véase 1 S 18.12.

2 Samuel 7:14 Cf. 8.5; 1 R 11.34; Sal 89.30-33. Cf. también Heb 12.7.

2 Samuel 7:16 Tu casa y tu reino… tu trono será estable eternamente: A partir de la profecía de Natán, David y su dinastía fueron portadores de una promesa divina incondicional. Basados en esta promesa, los profetas y salmistas orientaron la esperanza de Israel hacia el futuro. Los temas que más se destacan en la expresión de esta esperanza mesiánica son la estabilidad eterna de la dinastía davídica (Sal 89.19-37; 132.11; Is 9.6-7; 11.1-10), la filiación divina del rey (véase Sal 2.7 nota g), su entronización a la derecha de Dios (Sal 110.1) y su dominio universal (Sal 2). En medio de la crisis provocada por la destrucción de Jerusalén y la caída del Ungido de Jehová en poder de los paganos (cf. Lm 4.20), esa esperanza no desfalleció, sino que se robusteció cada vez más, concentrándose en la figura de un rey ideal, el Mesías descendiente de David. El NT proclama el cumplimiento de esta esperanza mesiánica en la persona y en la obra de Jesús (cf. Lc 4.16-21). Véase Mesías en la Concordancia temática.

2 Samuel 7:18 Delante de Jehová: Véase 2 R 19.14 n. ¿Quién soy yo… hasta aquí?: Véase 1 S 9.21.

2 Samuel 7:22 Como tú: 1 R 8.22; Jer 10.6-7.

2 Samuel 7:23 Tierra: Dt 4.7-8.

2 Samuel 7:23 Cf. Dt 7.8; 9.26.

2 Samuel 7:24 Cf. Dt 26.17-18; 27.9; 29.13.


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