Desde hace un tiempo me llama mucho la atención como se enfatiza en amar a los pecadores y a aquellos que aparentan estar más alejados de Dios, pero de cierta manera, no en alta voz pero en un silencio que apunta a afirmarlo: se nos llama a rechazar a los religiosos y no tener nada que ver con ellos. De hecho, los «religiosos» son más repulsivos para todos que cualquier «pecador». O sea: ¿tiene límites el amor? ¿se nos ha dado parte en diferenciar a quién amamos o no? ¿se necesita una «nueva parábola» que defina quién es mi prójimo?
39- ¿Amar A Los Pecadores Pero No A Los Religiosos?
—
por
Deja una respuesta