Hay gente chica y hay gente grande.
Hay gente lenta y gente rápida.
Hay gente pobre y hay… ricos.
Hay gente que comprende y hay otros que no comprenden.
Están los que todo lo disfrutan, están los que todo le aburre.
Están los que siempre dan gracias, están los que siempre se quejan.
Hay gente que grita y hay gente que habla bajito.
Hay dominicanos y haitianos, puertorriqueños y venezolanos, rusos y mexicanos, chinos y coreanos (que no es lo mismo) judíos y árabes, et… cétera.
Hay heterosexuales y gays.
Hay flacos y hay gordos.
Hay blogueros y hay twiteros.
Hay taxistas y hay otros que son choferes de carro público.
Hay gente tranquila y hay gente violenta.
En fin… Hay gente. Y «cada cabeza es un mundo» a pesar de que algunos parezcan iguales, decía mi abuela.
Es imposible gritar «Maldito Mundo» sin ponernos al mismo nivel de la gente. Cada persona ha llegado aquí por diferentes medios, y es lo que es y es diferente. Una de las grandes trampas del mundo es agruparnos en tribus, forzarnos a ser igual a alguien, tolerar a mi tribu y exigir que se nos tolere, odiar a los otros o por lo menos «marcar nuestras diferencias» y cuidado si atraviesas esos límites. Lo mismo que parece que nos está uniendo es lo que nos está dividiendo. «Can we get along?» dicen los que hablan inglés, la mayor parte del tiempo la respuesta es «NO» la otra parte «SI» pero: estas son mis condiciones. Como todo: sucede hasta en la religión.
Vivimos en un lugar diverso y hay disfrutar esa diversidad. Pensamos que la diversidad suele ser externa: rasgos físicos o raciales, cuestiones económicas y sociales, formas de vestir y cosas que ponemos en el cuerpo. Pero dentro de cada uno hay cosas que no sabemos, que no se nos ha revelado y eso es lo que nos hace verdaderamente diferente de otros: lo que sabemos (confidencial o no) de nosotros mismos, la razón por la cual he llegado hasta aquí o no.
Ponernos al mismo nivel de otros, es una tarea difícil porque hay que ver más allá de lo que simplemente vemos. La pregunta es (siempre hay preguntas, lo siento): ¿Cómo podemos mirar más allá si se nos hace difícil mirar hasta aquí?
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